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Jerez

La vuelta al cole en plena pandemia: cuando los más pequeños dan otra lección

Las familias se agolparon a la entrada y salida de colegios como el Antonio Machado. La Flampa estima que entre un 30 y 40% del alumnado no asistió a clase

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  • Un pequeño saluda tras su entrada en el colegio. -

"Mamá, se han dado un abrazo”. El comentario de Rafa, de sólo cuatro años, a su madre María Jesús, a las puertas del CEIP Tartessos, tras ver cómo dos niños del ciclo de Infantil hacían justo lo contrario a lo que le vienen diciendo en casa desde hace seis meses y que hace un año hubiera sido lo normal el primer día de cole, confirmaba este jueves dos cosas: en primer lugar, lo mentalizados que están los más pequeños pese a su corta edad y, en segundo, lo mucho que deberían aprender de ellos muchos padres, empezando por los que se empeñaron en quedarse a las puertas de algún que otro colegio de Jerez, como ocurrió en uno de los accesos del edificio de Primaria del CEIP Antonio Machado, en la avenida San Joaquín.

Ajenos a las recomendaciones del centro, las familias continuaban a las puertas del centro, una vez que sus hijos ya estaban en el patio, para intercambiar sus miedos, obviando la distancia de seguridad e incluso en algunos casos dándose esos achuchones que tantos disgustos pueden dar en la nueva normalidad impuesta por el virus si no se controlan. Por el contrario, los benjamines de la casa guardaban la compostura saludando a sus amigos incluso desde la acera de enfrente y concienciados de que, por el momento, tendrán que convivir con la mascarilla y renunciar a la libertad que les daba las carreras en un patio que resulta más pequeño que nunca. Eso sí, los poderes de los superhéroes y sus ídolos de la patrulla canina que lucían en sus mascarillas y que daban el color a una vuelta al cole marcada por la inseguridad y el miedo, se quedaban cortos ante la actitud con la que afrontaban el retorno a las aulas en plena pandemia.

“Está ilusionado, lleva mucho tiempo sin ver a los amigos”, señalaba la madre del pequeño Rafa, con su mascarilla de la patrulla canina e impaciente ya por saber cuándo iba a entrar en el cole. En la bolsa de tela por la que su progenitora tuvo que sustituir a última hora la maleta nueva de Spiderman tras las indicaciones del centro: una botella de agua, un gel hidroalcohólico y un paquete de pañuelos (los mayores de seis tienen que llevar una mascarilla de repuesto). Aunque para los menores de esta edad no es obligatoria, la mayoría de los niños de Infantil las llevaban puestas. Después de seis meses, Antonio, de 62 años, y conserje del CEIP Tartessos desde hace una década, abría las puertas a las 09.30 horas, contento por reencontrarse con los pequeños. “Volver a verlos es una alegría, ahora lo que falta es que dure”, señalaba mientras daba instrucciones a los padres de Infantil, que accedían al interior del patio para dejar a los niños a la entrada del edificio. A la salida, una madre se echaba a llorar por la presión y los nervios.

Mientras tanto, en otra de las puertas, otro padre, Juan Antonio, esperaba que llegara el turno de sus dos niñas para Primaria, y no tenía tan claro que el saludo con los codos funcione dentro del colegio. “A ver el tiempo que tardan en olvidarse con la emoción de ver a sus amigos”. La nueva normalidad tampoco acababa con los llantos de los que entraban por primera vez. No faltaron los que patalearon, acabando con la mascarilla en el cuello, y los que avanzaron hacia el interior resignados ante la sorpresa de sus padres. Quizás esta era la imagen más conocida de una radiografía de la vuelta al cole marcada por la preocupación y la intranquilidad de los padres, lo cual se tradujo en la ausencia de más alumnos de lo habitual. Aunque no hay datos oficiales de la Junta, en la Flampa calculan que el retorno a las aulas contó con entre un 30 y un 40% de estudiantes menos.  

“Hay familias que han dejado a sus hijos en casa porque tienen miedo a cómo evoluciona la pandemia. Están a la expectativa y van a esperar a esta semana y la que viene”, señaló la presidenta, Verónica Guerrero, tras destacar el trabajo de los centros y el buen comportamiento de las familias “en general”, más allá de algunas entradas de colegios donde reconoció que se vio a los padres “agolpados” en una jornada que calificó de “calma tensa” a la espera de lo que ocurra la próxima semana, ya con el horario habitual.

En el caso de Jerez, el único dato oficial que ha trascendido por parte de la Delegación territorial de Educación, fue el número de alumnos matriculados:  5.716 en Infantil y 13.541 en Primaria, que suman un total de 19.257, unas cifras muy por encima de las del pasado año, y que no casan con la bajada de la natalidad en la se escuda la Consejería de Educación para cerrar líneas este curso. 

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