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Jerez

Colas en la Plaza de Abastos para las compras de Nochebuena

La Policía Local se vio obligada a controlar los accesos y el aforo al mediodía ante el volumen de clientes concentrados en la nave del pescado

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  • “Esto es una locura”, señalaban ciudadanos que se quejaron por la falta de previsión en una de las jornadas más fuertes del año

“Señora, no se puede entrar y tiene que ponerse a la cola”. La indicación del agente de la Policía Local que regulaba con otra compañera los accesos del Mercado Central de Abastos para controlar el aforo se repetía al mediodía con otros ciudadanos que se disponían a entrar directamente, obviando una cola que en algunos momentos llegó hasta el puesto de churros. Una escena que algunos presenciaban indignados por la falta de previsión en plena pandemia en la víspera de Nochebuena y en la que debería ser una de las jornadas más fuertes del año. Y lo fue, el problema es que la alegría de antaño es incompatible con los normas de seguridad sanitarias actuales. “Es que es una locura. Yo he estado hace un rato y era imposible andar por la Plaza”, señalaba un señor, mientras una mujer le pedía a la policía que le dejara entrar para ir al baño. “Señora es que no se puede entrar. Hay mucha gente”, le advertía, tras invitarla a que se dirigiera a un aseo de un bar, mientras en la cola le reprochaban que no hiciera la vista gorda y le dejara pasar.

Fue apenas una hora, pero en ese tiempo los agentes se vieron obligados a autorizar la entrada en grupos de diez, a medida que los clientes iban abandonando las dependencias municipales. Una circunstancia que no todos acogieron con la misma paciencia. “Es que vaya tela, que haya esta cola para entrar. Ya han salido unas pocas de personas, ya tiene que estar la plaza vacía”, apuntaba otra vecina de Jerez cansada de esperar.

Los propios policías lamentaban que no se hubiera tenido en cuenta con más antelación que un “foco” como la Plaza de Abastos iba a estar lleno, y para más inri de personas mayores -los más vulnerables al virus- en un día que tradicionalmente suele tener mucho movimiento de público debido a las últimas compras para la cena de Nochebuena y Navidad. “No sabemos dónde están los vigilantes”, admitían.

“Tanta gente no hay. Estaba bien todo esto hasta que los policías lo han cortado. Hacia tiempo que no veíamos este movimiento. ¿Quién iba a esperar esto si nosotros venimos asustados a vender”, señalaba un vendedor tras reivindicar la seguridad de la Plaza. “Aquí estamos todos con mascarillas, y la cosa se ha apretado un poco, pero es que es el día más fuerte de este año”. Objetivo: igualas las ventas A pocos metros, en otro de los puestos también reconocían que “nos ha dado alegría ver a la Plaza así, pero claro, es que no se puede”, lamentaba, refiriéndose a la crisis sanitaria. No obstante, para la jornada de hoy también se espera público, aunque en menos cantidad que ayer. “Ha sido un año muy malo, pero nosotros tenemos que seguir vendiendo, aunque sea a kilito, kilito, porque muchas señoras nos dicen que van a estar solas”, apuntaba otro comerciante.

¿Compran menos las familias este año por las restricciones y la reducción a diez comensales en la mesa?”Como se va a reunir menos gente, en vez de dos kilos de marisco, te compra uno, eso se tiene que notar”, explicaba otro vendedor cuando cantaba las últimas ofertas desde su puesto. La calle de la carne y la recova no estaba tan concurrida, pero tras el mostrador se mostraban satisfechos por haber conseguido su objetivo, que en el caso de  Mané, el carnicero al frente de la Nueva Recova, era “igualar a las ventas del año pasado”. “La campaña empezó flojita pero se ha animado. Supongo que la gente ha ido apurando a ver qué pasaba”. De hecho, si el año pasado vendió 70 pavos, este jueves ya iban por los 58 y tenían cinco encargos más para este viernes. “Los clientes siguen comprando el pavo y lo guisan, pero a lo mejor lo dividen para sus hijos”, apunta.

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