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Matrícula de deshonor

Envidia

Sentir envidia por una cualidad que alguien posea debería servirnos para mejorar nuestras habilidades

Publicado: 16/02/2021 ·
11:08
· Actualizado: 16/02/2021 · 11:08
  • Envidia.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Yo soy envidioso, y lo digo sin ningún tipo de pudor, dado que no es algo de lo que deba avergonzarme. Desde siempre he sentido la necesidad de lograr una estabilidad en casi todos los aspectos de mi vida, envidiando en algunos momentos, tal como suena, a personas que ya han logrado dichos objetivos en las suyas o que poseen cualidades que yo jamás lograré adquirir. Dicho sentimiento jamás ha llegado a condicionar mi vida, e incluso, me ha servido como herramienta para superarme y poner más énfasis y esfuerzo en momentos puntuales.

La libertad, la seguridad laboral, la belleza e incluso una bonita caligrafía -soy un hombre sencillo- han sido algunos aspectos que particularmente me han generado envidia, e incluso cierta frustración al respecto con el que he tenido que lidiar. Pero este sentimiento es algo natural, espontáneo y está dentro de esos patrones de conductas que tenemos los seres humanos. Aceptarlo es parte de nuestro proceso de madurez y dependerá de muchos factores el que se logre o no cierto control y no acabe por consumirnos.

Pero este común sentimiento tiene muchos matices, siendo su peor versión las conductas que se están observando en esta sociedad del tener, incidiendo negativamente en las relaciones y convirtiendo la rabia y violencia en un mecanismo de defensa que solvente las carencias personales o cualidades necesarias para lograr rellenar ese vacío que se genera y que no siempre se logra establecer. Sentir envidia por una cualidad que alguien posea debería servirnos para mejorar nuestras habilidades, pero da la sensación de que es más fácil eliminar la envidia anulando al envidiado, un recurso en uso con un recorrido más corto pero también más cruel. Ante esta perspectiva, nadie se pregunta sobre el esfuerzo, el tiempo y todo lo dejado en el camino: él lo tiene y yo no y eso, es suficiente. Será por envidiar.

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