Los ministros de Defensa de la OTAN mantuvieron este miércoles su primera reunión virtual desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, con la vista puesta en el proceso de reflexión sobre el futuro de la Alianza en la próxima década y el aumento del gasto militar.
Después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, asegurara que la OTAN se encontraba en estado de "muerte cerebral", el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, puso en marcha un proceso de reflexión sobre el futuro de la organización en la próxima década, hasta 2030.
Este miércoles, planteó a los ministros una serie de iniciativas que espera que respalden los líderes de la OTAN en la cumbre que tienen previsto celebrar este mismo año en Bruselas.
"He planteado muchas propuestas que cubren muchas áreas diferentes, desde disuasión y defensa, resiliencia, innovación, pero también las implicaciones para la seguridad del cambio climático y del auge de China", declaró Stoltenberg en una rueda de prensa posterior a la primera jornada del encuentro ministerial.
El político destacó la importancia de las propuestas ante la próxima cumbre y la llegada de Biden a la Casa Blanca.
"Tenemos ahora una oportunidad única para fortalecer y asegurar que el vínculo transatlántico sigue siendo la base para nuestra seguridad. Tenemos la próxima cumbre, (el proceso de reflexión sobre el futuro de la Alianza) OTAN 2030, una nueva administración estadounidense, y todo eso junto realmente proporciona una oportunidad única tras algunos años difíciles para todos nosotros a ambos lados del Atlántico para tener una agenda sustantiva que mira adelante", dijo.
Tras la presidencia de Donald Trump, marcada por las críticas a la Alianza y la incertidumbre sobre el compromiso de Washington con la organización, la OTAN espera unos años más previsibles con Biden en el poder.
Entre las ideas que Stoltenberg presentó hoy a los titulares de Defensa, figura incrementar la financiación común de la Alianza para cubrir los costes de los despliegues en operaciones de defensa. En la actualidad, si Noruega envía tropas a Lituania, es el país escandinavo el encargado de cubrir los costes, pero el secretario general busca cambiar esa fórmula.
El objetivo del ex primer ministro es incentivar a que los aliados participen más y con más medios en las actividades de defensa y disuasión de la OTAN, como los batallones desplegados en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia o las tareas de supervisión y patrulla de los cielos.
"Los aliados que proporcionan esas capacidades también cubren todos los costes. Mi propuesta es que la OTAN debería cubrir algunos de esos costes porque eso demostraría un compromiso más fuerte con nuestra defensa colectiva", argumentó, y consideró que el reparto de la carga sería "más justo".
Stoltenberg también llamó a actualizar el "concepto estratégico" de la Alianza, un documento que describe el propósito de la OTAN, además de identificar las características centrales del entorno de seguridad y proporcionar directrices para la adaptación de sus fuerzas militares.
Ese documento se revisó por última vez en 2010 y el secretario general subrayó que desde entonces el entorno de seguridad "ha cambiado en lo fundamental".
"En el concepto estratégico actual no abordamos el cambio en el equilibrio de poder y las consecuencias para la seguridad del auge de China. Apenas mencionamos el cambio climático", comentó, y agregó que en 2010 se estaba trabajando en una "asociación estratégica con Rusia", país con el que las relaciones empeoraron tras la crisis en Ucrania en 2014.
Otras ideas que Stoltenberg presentó a los ministros y que espera que los líderes respalden en la futura cumbre buscan mantener la ventaja tecnológica de la Alianza, mejorar la resiliencia, aumentar la coordinación y consultas políticas para cubrir más temas, incrementar los contactos con otras democracias que no forman parte de la OTAN o tratar las implicaciones para la seguridad del cambio climático.
MÁS GASTO MILITAR
En cualquier caso, en el futuro la organización seguirá intentando que todos sus miembros destinen el 2 % del PIB al gasto militar, como pactaron en la cumbre celebrada en Galés en 2014, cuando Barack Obama era el presidente estadounidense y Joe Biden ejercía de vicepresidente.
"Sé que el reparto de la carga, incrementar la inversión en Defensa, es importante también para el presidente Biden porque era vicepresidente cuando el presidente Obama y el vicepresidente Biden estaban en la cumbre de Gales en 2014 y presionaron muy fuerte para esa decisión (de elevar el gasto militar al 2 % del PIB)", señaló Stoltenberg.
Destacó que diferentes administraciones estadounidenses, tanto demócratas como republicanas, "han transmitido el mismo mensaje" sobre la subida de la inversión en Defensa. Sin embargo, el tono durante la presidencia de Donald Trump ha sido especialmente agresivo.
"Necesitamos invertir más en Defensa no para complacer a Estados Unidos, sino porque va en el interés de nuestra seguridad", expuso.
De todas formas, celebró que 2021 vaya a ser el séptimo año consecutivo en el que los aliados europeos y Canadá incrementarán el gasto militar y que desde 2014 se hayan destinado a Defensa 190.000 millones de dólares adicionales.