Al final habrá que esperar ni se sabe cuánto tiempo para completar la SE-40. Esto jamás ocurriría en “otra” Comunidad que ya tiene cinco circunvalaciones alrededor de la “capi”, ciudad fácilmente identificable aunque se prefiera no señalar que dicen que está feo. Ni el gobierno ni la Junta tienen intención de terminar la SE-40 y el bulo inventado no cuela ni con vaselina. Decir que un puente cuyo tablero debería estar a más de cincuenta metros de altura es más barato y fiable que un túnel es la mayor patraña jamás conocida. Si de verdad pensaran construir un puente al cruzar Coria ¿Cuál sería la pendiente de las dos direcciones? ¿Piensan llevar esas pendientes desde el Polígono de la Isla hasta cerca de La Puebla? Lo mínimo que exige una mentira es coherencia, lo mínimo, dado que la dignidad y la credibilidad ya están perdidas en cuanto se miente.
¿Por qué el gobierno y la Junta sólo se ponen de acuerdo para perjudicar a Andalucía? Y encima los culpables, que le dan la espalda a cuanto pueda ser útil para Sevilla, fomentan un agravio comparativo increíble, para hacer creer que recibe más inversiones de la miseria que recibe. Eso que la SE-40 no es una obra para esta ciudad, sino para ahorrar camino y semáforos a quienes tengan que cruzarla, que normalmente no serán de esta ciudad. ¿Qué tienen el gobierno y la Junta contra Sevilla en particular y en general contra Andalucía? Esta discriminación es una forma más de incumplir la Constitución, que asegura “todos los españoles son iguales ante la Ley”.
Pero ya estamos acostumbrados. Hace algunos años se perdió parte de la infraestructura ferroviaria del recorrido Este-Oeste. Durante varios años se obliga a trasbordar en autobús entre Osuna y Pedrera. Un flagrante despropósito ampliado por otro mayor, que para eso sí se ponen de acuerdo. La Junta cede al Estado unos kilómetros de la infraestructura, ya terminada, del AVE Sevilla-Santa Ana, para condenar a quienes tengan la “osadía” de comunicarse entre Sevilla, Málaga y Granada. Para que nos acostumbremos a que tampoco piensan poner en marcha un tren rápido y directo entre el Este y el Oeste de Andalucía. Debe ser por el peligro de que la posibilidad de comunicación acerque a los andaluces y se chafe la acción coordinada entre ambos órganos de gobierno para mantener alejados a los andaluces entre sí. Es un paso, uno más para fomentar la incomunicación y el enfrentamiento de estos políticos provincianos, que no provinciales.
¿Qué más van a maquinar ambos gobiernos para perjudicar a los andaluces? Después de todo lo que nos han quitado, del atraso en comunicaciones terrestres, sin trenes de cercanías, sin línea Algeciras-resto, sin Guadix-Baza-Lorca, con Jaén terminal, con Huelva abandonada en la ignominiosa curva de Majarabique, todo se centra en impedir el desarrollo de esta reserva de mano de obra y materias primas. Estamos como en el 75. No, mucho peor; la brecha entre las primeras y la última Comunidad en renta e industria, en todos los indicadores económicos, se ha agrandado gracias a la labor de los gobiernos español y andaluz. La pregunta procedente es: ¿Quién rompe España?
