Hasta el 30 de noviembre, 2009 es, oficialmente, el segundo año más cálido desde 1961, sólo por detrás de 2006, pero, cuando se incluyan los datos del mes de diciembre, podría ser el tercero más caluroso, superado únicamente por los años 2006 y 2003.
Así lo avanzó ayer el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ángel Rivera, en una rueda de prensa en la que dio cuenta de la evolución climatológica de este año.
Según Rivera, 2009 ha sido, además de caluroso, un año muy seco: el quinto desde 1971 y el segundo de este siglo, por detrás de 2005.
De hecho, apuntó Rivera, la precipitación media en España ha estado un 20% por debajo de los valores medios, aunque algunos meses como mayo han sido aún más secos, con un 40% menos de lluvia de lo normal.
Resumiendo por estaciones, Rivera puntualizó que el invierno 2008-2009 fue frío y normal en precipitaciones, la primavera “muy cálida y seca”, el verano “extraordinariamente cálido” y el otoño “muy cálido y más seco de lo normal”, incluso “extremadamente caluroso en Andalucía y en el noroeste de Galicia”.
El portavoz de la Aemet explicó que, en promedio, las temperaturas medias del otoño han superado 1,7 grados centígrados sus valores normales, lo que le convierte en el tercer otoño más cálido desde 1970.
En lo que respecta a las precipitaciones, este otoño ha sido más seco de lo normal, casi un 18% por debajo de los valores medios, una falta de humedad que incluso ha sido más acusada en las regiones del tercio norte peninsular.
Para Rivera, tanto la evolución de 2009 como las previsiones para 2010 confirman “la tendencia cálida” iniciada en la década de los ochenta, “con temperaturas más calurosas y precipitaciones más irregulares”. Esta tendencia es resultado del cambio climático y el calentamiento global que se está produciendo y que en los países mediterráneos es más pronunciado.
Respecto al invierno que comienza la próxima semana, la Aemet prevé que será “relativamente cálido”, con temperaturas más altas de lo normal.