Lejos quedan los tiempos en los que la N-432 era un problema de primer orden en Alcalá la Real. La siniestralidad de esta carretera a su paso por nuestro municipio, tristemente legendaria hace una década, ha pasado a niveles más aceptables. En ello han tenido que ver, sin duda, las mejores llevadas a cabo en la vía, con la eliminación, primero, de los puntos negros, especialmente desde el cruce de Ermita Nueva hasta el límite de la provincia de Granada, y posteriormente, con la intervención sobre el tramo más degradado de la vía, que presentaba una situación verdaderamente lamentable, hasta la altura del término de Castillo de Locubín. No obstante, el tramo kilométrico comprendido entre los kilómetros 388 y 399, no ha faltado ni un solo año, en el último lustro, en el Informe EuroRAP que anualmente emite el Real Automóvil Club de España, y en el que se recogen y analizan los segmentos con mayor peligrosidad de la red nacional de carreteras del Estado.
En el último emitido, el correspondiente a 2019, hay buenas y malas noticias. Acaso el dato más positivo sea que el índice de riesgo, el indicador que marca la probabilidad de accidente que existe en un tramo concreto, se mantiene en niveles mínimos, nada comparables en cualquier caso con los que podían encontrarse en los peores tiempos. En concreto, este índice se situó en 2019 en 56,00, lo que supone en la práctica subir una décima respecto a 2018. Esta leve subida supone, no obstante, escalar cinco puestos en el ranking de segmentos más peligrosos de España, pasando del puesto 62 que ocupaba en 2018, al 57 en el último año. Este dato, con todo, es el peor de los tres últimos años, ya que en 2017 el mismo tramo ocupó el puesto 64 a nivel nacional. Sin embargo, en términos absolutos, el índice de riesgo de ese año fue superior a este último, elevándose hasta 56,8, es decir, 8 décimas más que el pasado año. La reducción del riesgo ha sido una constante desde 2015. En ese año, el tramo de la N432 dentro del término alcalaíno era nada menos que el décimo con mayor riesgo de toda España, con un alarmante indicador de 109,0. No en vano, en el informe de ese año se contabilizaban un total de seis accidentes mortales y graves, con dos fallecidos y cinco heridos graves. En 2019 ha habido que lamentar tres accidentes mortales o graves, con un fallecido y tres heridos leves. Cifras que también descienden respecto a 2018, con tres fallecidos. En el año 2016 se iniciaba la tendencia descendente, bajando el índice de riesgo a 72,3, si bien en el informe de dicho año había que lamentar aún cuatro accidentes mortales o graves. Por otro lado, el tramo señalado se ha mantenido, invariablemente, entre los cinco más peligrosos de Andalucía en el último lustro, y ha escalado, de hecho, al segundo puesto, en este último informe, relativo a 2019, cuando en 2018 fue el tercero, y en 2017, el cuarto.
Las diferentes intervenciones en la principal carretera que conecta Alcalá la Real con las provincias de Córdoba y Granada ha tenido, sin duda, que ver, con la bajada de las cifras de accidentes, ya que la carga de tráfico que la vía viene soportando se ha mantenido de forma más o menos constante en los últimos años. De hecho, solo se aprecia una reducción, que podría calificarse como anecdótica, respecto a 2015, cuando la intensidad media diaria de tráfico (IMD), alcanzaba los 4.370 vehículos. En 2016, esta incluso creció hasta los 4.393, para ir bajando a los 4.196 en 2017 y volver a aumentar hasta 4.258 en 2019.
La permanente presencia del tramo alcalaíno de la N-432 entre el triste escalafón de las carreteras más peligrosas de España no hace sino confirmar que, lejos de perder vigencia, la demanda de un nuevo impulso a la conversión en autovía de la vieja nacional, sigue siendo una demanda de primera necesidad en el municipio. Coincidiendo con las dos últimas elecciones generales, el proyecto ha vuelto ha vuelto a salir a la palestra, auspiciado por la plataforma que ha agrupado a las tres diputaciones por cuyas provincias transcurre la vía, además de la mayor parte de los municipios afectados, de manera más o menos directa. Entre tanto, la importante carga de tráfico, por encima siempre de los 4.000 coches diarios, viene a poner de relieve la necesidad de desenterrar un proyecto en nombre, no solo de la seguridad vial, sino también del incremento de la competitividad para el empresariado de Alcalá y su comarca.