Cines de verano

Si los grandes y viejos cines de las ciudades pasaron a mejor vida reconvertidos, primero en bingos y salas de fiestas y, después, derribados para la construcción de promociones de viviendas, se pueden imaginar cuál fue el destino que aguardó a los cines de verano. Sólo cierto tono de nostalgia ha permitido recuperar a lo largo de los últimos años la experiencia mediante proyecciones digitales al aire libre realizadas en plazas públicas o sobre la arena de una playa, aunque en condiciones siempre poco apropiadas para lograr la máxima de todo cine de verano: disfrutar de la película y del ambigú al aire libre. El Puerto de Santa María es de las pocas ciudades de la provincia que aún se mantiene fiel a la tradición de los antiguos cines de verano y este año ha optado por recuperar grandes clásicos, caso de La ventana indiscreta o Dos en la carretera, sin olvidar otros clásicos, como sus insuperables bocatas de filetes aliñados. Todo un lujo.