La situación laboral de los repartidores de Glovo en Roquetas de Mar, que ya era crítica, ha sumado a sus filas a sus
compañeros de Aguadulce (Almería), intensificando la presión sobre la empresa. Ambos colectivos denuncian una
disminución constante de sus ingresos y buscan que la dirección de Glovo atienda sus reclamaciones.
En Roquetas de Mar,
los repartidores ya habían expresado su descontento y, recientemente, a través de un comunicado, los repartidores de Aguadulce han confirmado que "hemos convocado para este martes entre nosotros mismos un parón para poder llamar la atención de nuestros supervisores". Su objetivo es claro: lograr una reunión para "revisar cómo hemos visto desmejorar nuestros ingresos" y "cerrar nuevamente un compromiso donde todos podamos salir beneficiados"
Ambos grupos se encuentran en una situación similar. Han denunciado que, a pesar de los acuerdos previamente establecidos con la empresa, "hemos visto que más bien ha estado desmejorando" en cuanto a sus ingresos. Estas bajadas en las tarifas han llevado a los repartidores a recibir pagos menores por sus servicios, situación especialmente preocupante en momentos de baja demanda.
El descontento se hace más palpable al considerar que el
coste de vida y los gastos relacionados con su labor, como el combustible, han ido en aumento. Mientras tanto, sienten que "nuestros ingresos se desploman". Es notable mencionar que "Glovo cobra un porcentaje considerable a los establecimientos por el uso de su sistema". Esta situación ha llevado a muchos de estos establecimientos a aumentar los precios de sus productos, lo que debería reflejarse en un crecimiento de los beneficios de la empresa.
Con la suma de los repartidores de Aguadulce al movimiento, se espera que la
presión sobre Glovo aumente, llevando a la empresa a reconsiderar su posición y establecer condiciones laborales que reflejen el valor real del trabajo de estos repartidores.