Las cámaras de vigilancia de una gasolinera próxima a la zona de talleres de la estación de Santa Justa, en Sevilla, han sido determinantes para la investigación de la muerte del joven cordobés Álvaro Prieto. Los vídeos muestran al futbolista en el techo del tren, donde, trágicamente, se encontró su cuerpo días después.
Según las imágenes, Álvaro Prieto se agarra de la catenaria, provocando que se electrocute y caiga entre los vagones del tren, quedando atrapado sin que nadie lo advirtiera hasta el hallazgo. El primer examen forense revela que estuvo sometido a 3.500 voltios.
El tren, fuera de servicio desde agosto y ubicado cerca del centro de tratamiento técnico de Santa Justa, no tenía electricidad por estar en fase de reparación. El cuerpo de Álvaro fue captado por cámaras durante un recorrido de prueba del tren, sugiriendo que la muerte ocurrió el mismo día de su desaparición, el 12 de octubre.
Las primeras conclusiones forenses indican quemaduras en sus manos y signos compatibles con una descarga eléctrica. Los investigadores han considerado la muerte como un accidente, descartando la participación de terceras personas. Aunque se han revelado detalles cruciales, las razones por las que Álvaro llegó a la zona de talleres siguen siendo un misterio para la Policía.
