A la vista que esto de celebrar con tanta frecuencia ‘días’, como por ejemplo, el de la Salud Mental “para promover el bienestar”, me parece que ante todo suele imperar cierto afán por visualizar al máximo un fuerte hándicap en el caso que me viene ocupando desde hace algún tiempo. Las cosas así -insisto- suelo encontrarme con machacona frecuencia situaciones que no tienen el más mínimo sentido sobre todo para aquellos que con la legislación en la mano suelen mirar de reojo toda la grandiosa parafernalia que engloba ese ya casi tópico elemento de, por ejemplo, como acaba de suceder con el nuevo equipo municipal de Huelva, un objetivo prioritario es alcanzar una Accesibilidad Universal. Sí, pero hasta dónde y a partir de cuándo…
El objetivo de doña Pilar y su equipo es ciertamente ambicioso sobre todo para una ciudad que -de ahí lo de universal- tiene infinitas carencias desde allí donde dirijamos nuestras miradas y, sobre el terreno, iremos comprobando multitud de aberraciones que vienen desde antaño y que se han ido acentuando y agravando con el paso del tiempo, como sucede con esos maravillosos vehículos tipo scooter a motor eléctrico que deberían proliferar más de lo que ahora son protagonistas si no fuese porque después de la sorpresita de hace unos años que nos llegaron cual oportuno regalo de Reyes ahora soportan un IVA cual si fuesen Mercedes de alta ama pero en miniatura y con velocidad limitada a poco más de 10 kilómetros por hora.
Sí, un artilugio cuyo peor enemigo son los adoquines tan aceptados desde hace multitud de años, y no digamos de la falta de rebajes en las aceras, aparte de esas plataformas de los teclados de los pianos que maravillan, sobre todo, en zonas tan recientes como son las calles de Pablo Rada y San Sebastián e interminables acerados en la Avenida de Andalucía.
El tema de los ascensores clama al cielo, sobre todo cuando nos situamos -¡vaya ejemplo!- en el Palacio Municipal, Hacienda, centros de salud, Audiencia Provincial, incluso hospitales, y pare usted de contar cuando simplemente tenemos necesidad de acceder a la propia vivienda, pero qué explicación nos pueden dar de edificios que acaban de estrenar esos elementos para garantizar una adecuada movilidad. El único caso en Huelva -¡ojo al dato!- se sitúa en la avenida de la Ría, allí donde ha surgido un edificio empresarial, ampliamente ocupado por dependencias de la Junta de Andalucía y donde uno no sale de su asombro al encontrarse con el único caso en la ciudad (¿) de ascensores donde hasta caben los acompañantes de la persona con movilidad reducida.
Sí, ovación y vuelta al ruedo para la empresa propietaria de un edificio puntero que debería servir de ejemplo para incluso el propio Colegio Oficial de Arquitectos que, la verdad, no sabemos hasta qué niveles se amparan en los encargos que van recibiendo y con lo de la “Accesibilidad en la mano” solo se limitan a cumplir la ley, una ley con multitud de variantes pero que al final nos deja a nuestra suerte en esta jungla de obstáculos en los propios edificios y árboles en cualquier calle con la que uno se tropieza… ¿Cómo se explica -tomen nota del caso- que una entidad como Cocemfe-Huelva tenga su sede en la primera planta de la avenida Escultora Miss Whitney?
Sí, sí y sí, que todo es posible en Huelva y nos hace llevar las manos a la cabeza cuando en el Día de la Salud Mental, por ejemplo, sorprende al alertar de la desaparición de entidades que representan a personas con enfermedades muy discapacitantes -ojo al dato- debido a la resolución provisional de la convocatoria de subvenciones para la financiación de proyectos desarrollados por entidades de carácter estatal en 2024.¡Ah! Y retrocediendo un poco, esto es algo que veo difícil se resuelva a nivel municipal, porque si nos adentramos en el transporte por carretera -y Renfe qué- ahí hay mucha tela para tejer. Dicen que el problema solo lo ven los que lo padecen y de ahí no salimos los que en los años 40 caímos por la Polio y seguimos viviendo en medio de tanta indiferencia e indolencia. ¿Estamos de acuerdo? Ironías aparte. ¡¡¡Nooo¡¡¡. El ombligo se lo seguirán mirando los de a pie y todo resuelto…
