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El centro no existe

Parece ser que esta nueva derecha rajoyista sufre un mal genético que afecta a todos sus cargos más visibles por igual: la imposibilidad de retirarse...

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Parece ser que esta nueva derecha rajoyista sufre un mal genético que afecta a todos sus cargos más visibles por igual: la imposibilidad de retirarse.

Ni se van los que pierden ni se retiran a tiempo los que han ganado todo.
Está claro que es muy difícil saber retirarse.

Es más, el único político de la derecha que se retiró estando en las mieles del poder pero sin saber cómo fue Aznar, recordad el dedazo.

Pero es evidente que si hay una figura histórica en la derecha que ejemplifica, hasta qué punto, los líderes populares tienen un apego al sillón casi endémico es Manuel Fraga Iribarne.

No ya por la última perla que nos ha dejado cultivada en su campo centrista de meteduras de lengua, que siendo quizás la más grave de todas, llega en un momento excelente para un PSOE que no sabía cómo apagar el fuego prendido de Castro –no el de Cuba, que ese es amigo de Fraga– y para un nacionalismo que gracias a su espíritu moderado no ha pasado de desear la muerte al rey. Aunque esto viniendo de ERC, que es un partido lleno de terroristas sin arrepentir, quizás dé qué pensar a la casa real.

Lo que quizás no sabe don Manuel es que el PP es aliado parlamentario de esos que quiere colgar de algún sitio, sí, sí, de los nacionalistas más radicales, porque el Partido Popular votó el otro día en el Senado, donde está usted don Manuel, una enmienda de Esquerra donde además de rechazar los presupuestos por incumplir el Estatut, se criticaba con bastante ahínco a Aznar. ¿Es esto centrismo, don Manuel?, ¿o estaba usted de cacería –como cuando el Prestige– y no se enteró?

Aún así, si alguien representa ese rechazo patológico de los líderes del Partido Popular al retiro, ese es Javier. Desde luego que la vida política de Arenas es un continuo homenaje al pegamento Ymedio, ¡qué manera de aferrarse a la poltrona! Es más, tiene tal pavor a irse de la política que hace seis meses que perdió, nuevamente, las elecciones en Andalucía y ya quiere otras. Y no te das cuenta, Javier, que en tu caso cuantas más elecciones, más posibilidades tienes de seguir perdiendo.

Claro que muchos dirán: pues anda que el PSOE no tiene apego al poder. Sí, pero por lo menos cuando pierden se van a su casa.

A ver si en esto algunos del PP los imitan, y no sólo en ser socios parlamentarios del partido de Tardá.

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