Las fiestas navideñas son una ocasión para disfrutar de la buena comida y la buena compañía, pero también pueden entrañar un riesgo para la salud si no se toman las precauciones adecuadas. Uno de los peligros más frecuentes es el atragantamiento, que se produce cuando un alimento o un cuerpo extraño se queda atascado en la garganta e impide la respiración.
"Lo más frecuente son los atragantamientos. Estamos comiendo, hablamos, reímos, y no estamos con esa concentración que tenemos comiendo en la vida diaria", afirma la doctora Alicia Villar, subdirectora médico asistencial del Summa 112 de Madrid a Infosalus. El atragantamiento puede ocurrir con cualquier alimento, pero hay algunos que son más propensos a causarlo, especialmente si no se mastican bien o si se comen con prisa. Algunos de los alimentos más peligrosos son los frutos secos, el jamón, el queso, el salmón, los turrones, los polvorones, las pastas, las uvas, las aceitunas, las cerezas, los huesos, las espinas y las cáscaras.
La mejor forma de prevenir el atragantamiento es seguir unas pautas básicas de alimentación, que nos ayudarán a disfrutar de la comida sin riesgos. Estas son algunas de las recomendaciones que debemos tener en cuenta: comer despacio, masticando bien cada bocado y evitando hablar o reír con la boca llena; beber agua o algún líquido para facilitar la deglución y evitar la sequedad de la boca; cortar los alimentos en trozos pequeños, sobre todo si se trata de frutos secos, carnes o frutas; evitar los alimentos que puedan provocar alergias o intolerancias, que pueden causar inflamación o dificultad para respirar; y vigilar a los niños y a las personas mayores, que son más vulnerables al atragantamiento, y evitar que coman solos o sin supervisión.
Si a pesar de seguir estas medidas de prevención, se produce un atragantamiento, el tiempo es vital para evitar que la falta de oxígeno provoque daños irreversibles o la muerte. Los pasos que debemos seguir dependen de la edad y el estado de la persona afectada.
Si se trata de un bebé menor de un año, debemos colocarlo boca abajo sobre nuestro antebrazo, sujetándole la cabeza con la mano, y darle cinco golpes en la espalda con la palma de la otra mano. Si no expulsa el objeto, debemos darle la vuelta, colocarlo boca arriba sobre nuestro muslo, y darle cinco compresiones en el pecho con dos dedos. Debemos repetir estas maniobras hasta que expulse el objeto o pierda el conocimiento, en cuyo caso debemos iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) y llamar al 112.
Si se trata de un niño mayor de un año o de un adulto consciente, debemos animarle a toser, ya que la tos es el mejor mecanismo para expulsar el objeto. Si no puede toser, hablar o respirar, debemos llamar al 112 y aplicarle la maniobra de Heimlich, que consiste en abrazarle por detrás, colocar el puño cerrado entre el ombligo y las costillas, y presionar hacia arriba y hacia adentro con un movimiento seco. Debemos repetir esta maniobra hasta que expulse el objeto o pierda el conocimiento, en cuyo caso debemos iniciar la RCP.
Si se trata de un adulto inconsciente, debemos llamar al 112 y colocarle boca arriba sobre una superficie dura. Debemos abrirle la boca e intentar extraer el objeto con los dedos, si lo vemos y podemos alcanzarlo. Si no lo vemos o no podemos sacarlo, debemos iniciar la RCP, alternando 30 compresiones torácicas con dos ventilaciones boca a boca, hasta que llegue la ayuda o la persona recupere la respiración.
CÓMO REALIZAR LA MANIOBRA DE HEIMLICH
La maniobra de Heimlich consiste en aplicar compresiones abdominales a la persona que se está ahogando, para que el aire que hay en sus pulmones ejerza presión y expulse el objeto que obstruye su garganta. Para hacerla correctamente, debes seguir estos pasos:
Si la persona está consciente, colócate detrás de ella y rodea su cintura con tus brazos.
Haz un puño con una mano y ponlo sobre su abdomen, justo por encima del ombligo.
Sujeta el puño con la otra mano y presiona hacia adentro y hacia arriba con un movimiento rápido y firme.
Repite esta maniobra varias veces, hasta que la persona expulse el objeto o pierda el conocimiento.
Si la persona pierde el conocimiento, llama al 112 y comienza la reanimación cardiopulmonar (RCP).
Es importante que sepas que la maniobra de Heimlich solo se debe usar en casos de atragantamiento grave, cuando la persona no puede toser, hablar o respirar. Si la persona puede toser, déjala que lo haga, ya que es el mejor mecanismo para despejar la vía aérea. También debes tener en cuenta que la maniobra de Heimlich no se debe hacer en bebés menores de un año, ni en mujeres embarazadas o personas obesas, ya que puede causarles lesiones. En estos casos, se deben usar otras técnicas, como los golpes en la espalda o las compresiones torácicas.