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Cádiz se une para dar el último adiós a Evelio Ingunza Barcala

Todos los estamentos de la capital se dieron cita en el tanatorio de Servisa para dar el último adiós a este gaditano, que siempre se ha caracterizado por ser una persona educada, responsable y seria aunque a la vez tierna y amable

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  • El vicario general de la Diócesis ofició la misa en memoria de Evelio Ingunza. -
  • Hasta el tanatorio de Servisa se desplazaron decenas de autoridades de todos los estamentos
  • Todos los que lo conocían coincidían en su carácter amable, respetuoso y cercano
Era un buen hombre y un excelente compañero con independencia de la inclinación política de la persona que tenía en frente. Ésa fue la frase más escuchada ayer en el funeral del gaditano Evelio Ingunza, teniente de alcaldesa y médico reconocido de la ciudad de Cádiz.

Todos los estamentos de la capital se dieron cita en el tanatorio de Servisa para dar el último adiós a este gaditano, que siempre se ha caracterizado por ser una persona educada, responsable y seria aunque a la vez tierna y amable.

Al mediodía tuvo lugar la misa en su honor, que fue oficiada por el vicario general de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Guillermo Domínguez Leonsegui, quien resaltó las virtudes de este gaditano que trabajó por la ciudad hasta su último aliento.

El de octubre fue su último Pleno municipal. Entonces se le veía algo decaído y desmejorado pero nada hacía presagiar que el fatal desenlace sería inminente.

A lo largo de sus siete años como concejal en el Ayuntamiento de Cádiz, nunca tuvo una palabra ni un gesto desagradable para los compañeros de la oposición, todo lo contrario, siempre se mostró muy atento.
Su carácter afable, la eterna sonrisa de su rostro y su preocupación por los demás atrapó el corazón de muchos y muestra de ello es que en el tanatorio no cabía un alfiler. Todos quería despedirse de Evelio Ingunza como él se merecía.

Pasó desapercibido en los grandes actos, pero no en el día a día. El doctor Ingunza siempre tenía un saludo, una mirada cálida, un gesto de cariño. Una forma de ser que marcó a todo el que se cruzó en su vida y trabajó con él en algún momento de su carrera.

Los primeros en llegar ayer al tanatario fueron sus familiares y amigos. Después fueron sumándose los compañeros de la Corporación Municipal y rostros conocidos de la política provincial.

Tampoco faltó el presidente del Colegio de Médicos, Miguel Morgado; el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Rafael Barra; el presidente de la Mancomunidad de la Bahía, Felipe Márquez; el delegado del Gobierno en Andalucía, Gabriel Almagro; el delegado de Obras Públicas, Pablo Lorenzo; el presidente del Tribunal Superior de Justidia de Andalucía, Lorenzo del Río; la fiscal jefe de la Audiencia Provincial Ángeles Ayuso; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, varios miembros y ex miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías y el gerente de Patrimonio del Obispado. Una larga lista de amigos que fueron a darle su último y sentido adiós.

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