La que han formado por una cuestión estética. El resucitado del cartel de Semana Santa ha sido ferozmente contestado por una plebe ortodoxa incapaces de explicar que es la ortodoxia y algunos, pocos y pocas que no lo han entendido, más comprensible esto último. La interpretación de “pornografía” en la imagen es también una acusación a todos los crucificados y resucitados pues todos están cubiertos tan sólo por el “perizonum” o “lienzo de pureza”. Los gustos y preferencias son plenamente personales y por lo tanto todos dignos, pero ¿por qué molesta un Cristo joven y guapo? la polémica parece activada para contar con algún elemento de distracción, pero nada autoriza a llegar al insulto con el creador y el modelo.
La ortodoxia recalcitrante, por lo visto, no valora la estética, o peor, al aprobar la desnudez de la escultura sin aceptar la del cartel. Problema grave cara a concebir nuestra Semana Santa, inmensa muestra de estética, fundamental sostén de la celebración. Montar otra polémica “para conocer la opinión de Sevilla” son más ganas de justificar el tiempo, ya se ve de cuanto disponen algunos para entretenerse en hacer encuestas ¿habrán obtenido permiso? No han reparado en la hispánica fobia contra todo lo que sea consultar a la gente, más vale andar con cuidado no vayan a tropezar con un Llarena, pues un poquito más y terminan en las calderas de Pedro Botero, o, como ya fue cerrado el infierno, directos a la cárcel o al destierro. Y como se trata de ir de absurdo en absurdo (y tiro porque me toca) el colmo del absurdo es ver en el modelo “rasgos gays” ¿por cierto: ¿en qué consisten esos rasgos? “porque el cristo del cartel es más joven que Jesús”. ¡Anda! alguien conoce la verdadera estética de Jesucristo y su edad exacta. ¿Tan mayores y en activo? ¡Milagro!
El cartel encierra una idealización comprensible, de padre a hijo. Y el mismo derecho tiene cada cual a aprobarlo que a reprobarlo. Pero sería conveniente respetar también el punto de vista del autor, que de “puntos de vista” e idealización la Iglesia sabe bastante.