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El streamer Ibai Llanos pone fecha a su retirada de los directos

Ibai muestra ahora una templanza que no tuvo en el pasado, cuando tuvo que afrontar una etapa muy dura

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Ibai Llanos.

Ibai Llanos

Ibai Llanos

Con más de 15 millones de seguidores en redes como Instagram, Twitter o Twitch, Ibai Llanos es el ‘rey Midas’ de internet. Diez años después de su primer directo, trata de mantener los pies en el suelo como el primer día y se ve “conectado con la realidad” mientras abre una puerta a su salida para buscar “una vida mucho más tranquila y fuera del foco mediático”.

En una entrevista en exclusiva en la que abre a EFE las puertas de su casa en Barcelona, Ibai (Bilbao,1995) adelanta que, a pesar de que no se pone una fecha concreta, su intención es, en unos cinco años, seguir vinculado a lo que hace, pero “abandonar las retransmisiones en directo” y “dar paso a las nuevas generaciones” después de “haber cumplido todo lo que podría cumplir”.



“¿Dónde me veo en cinco años? Probablemente teniendo una vida mucho más tranquila y mucho más fuera del foco”, asegura el 'streamer', mientras confirma que la idea es la de abrir una nueva etapa de trabajo enfocado a la “creación de contenidos en plataformas digitales” y nuevos proyectos.

“Estuve cinco años y medio narrando videojuegos y cuando vi que era el momento de manera natural de cambiar, de repente cambié, lo tuve clarísimo. Pero cinco años para mí son muchos. Otros cinco años ‘stremeando’ supondrían diez años casi de manera diaria, pero creo que con todas las alternativas que tengo yo para hacer cosas, puedo ir por otro camino”, adelanta.

Ibai muestra ahora una templanza que no tuvo en el pasado, cuando tuvo que afrontar una etapa muy dura.

"Cuando vine a Barcelona en 2015-2016 me daban ataques de ansiedad y también de pánico. Dejas como de sentir las piernas, los brazos. Empiezas a tener sudores fríos, tienes el labio como cortado… La sensación que tenía es de que me iba a morir (...) Hubo una etapa en la que todo me daba igual. Al despertar lo único que me preocupaba es que no me diera un ataque de pánico ese día, que me dejara en paz", asegura.

Unos episodios de salud mental de los que ahora habla con absoluta naturalidad, pero con los que llegó a obsesionarse: "Con el tiempo aprendí a gestionarlos. Cuando venía ‘la sombra’ a la cabeza yo ya sabía quién venía. A día de hoy es algo inexistente en mi vida (...) si alguien está pasando por esto que sepa que de verdad se puede salir. Sin duda”.

Intenta además estar preparado para un entorno, el de las redes sociales, siempre complicado: “En internet, al final, siempre ha habido mucho libre albedrío, casi cualquiera puede decir lo que quiera. A día de hoy quizá está en uno de sus peores momentos porque cada vez hay más usuarios y además ahora hay maneras de monetizar la viralidad”, asegura.

Una tendencia que está propiciando la toxicidad: “Creo que ahora estamos en un momento donde criticar o insultar o buscar la viralidad es algo que la red social te agradece mucho”, algo que propicia que “que haya más odio en todas las redes sociales. Siempre lo ha habido, pero ahora es verdad que está en un punto quizá máximo”.

No obstante, no ve soluciones fáciles a este problema, como la propuesta actual de crear un carnet digital para poder acceder a contenido pornográfico, ya que, en su opinión, “controlar internet es imposible, es incontrolable. Si no es una red social, es otra. Si no tienes una cuenta, tienes otra”.

Ahora está en un gran momento vital, a falta apenas de pocos días para que el sábado dé comienzo su gran apuesta, la cuarta edición de La Velada del Año, un espectáculo de música y boxeo aficionado en el que combaten 'streamers', creadores de contenido o famosos y que este año se celebrará en el estadio Santiago Bernabéu, con todas las localidades vendidas.

”Me siento feliz, me gusta hacer ejercicio, me gusta cuidarme. Siento que ahora estoy sacando tiempo para mí mismo de verdad. De cara al futuro estoy motivado, estoy con ilusión”, nos confiesa Ibai, inmerso en estos momentos además en un proceso para mejorar su estado físico en el gimnasio y con una dieta estricta que está narrando en sus canales a diario.

“Al final del día te sientes muy bien cuando sientes que has hecho bien las cosas, has entrenado, has comido lo que tocaba. Me gustaría también ser en parte un ejemplo para mucha gente. Por suerte ya muchos me han escrito y me han dicho: ‘Ibai, gracias a ti he perdido 30 kilos’ y les digo: ‘Pues mira ya lo has hecho de momento mucho mejor que yo”, señala.

La vida en estos diez años le ha cambiado de manera radical, no solo en el aspecto económico, sino por su fama mundial, pero se muestra como una persona con los pies en el suelo.

"Me gusta estar muy conectado con la realidad. Me da miedo hacer muchas cosas como de persona muy famosa. Como sacarnos fotos en una alfombra roja de premios o no sé qué… Me gusta ir a un bar a hablar con el camarero. Me gusta ser el Ibai de toda la vida, andar por la calle, si la gente me pide fotos suele ser muy amable, me gusta estar con mis amigos de toda la vida… Seguir haciendo las cosas que hacía hace años. Es la vida que más me apetece”, detalla.

En este sentido, Ibai ahora es “más consciente” de lo que ha conseguido: “Lo valoro mucho más. Creo que con la edad, con la madurez y con el paso del tiempo te das cuenta de la suerte y un poco ‘entre comillas’ de la burbuja en la que vives. Y eso te hace valorar todo muchísimo más. Cuando empecé no era tan consciente porque iba todo tan rápido que ni siquiera me daba tiempo a pararme a pensar”.

Para él, el éxito no va vinculado a lo económico sino a algo mucho más simple y a la vez complicado de lograr: "Poder irte a la cama tranquilo, ver que a tu familia no le falta de nada. No sé si eso es éxito, pero es lo máximo a lo que puedo aspirar”. 

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