Numerosos vecinos y vecinas del barrio de Santo Domingo y del Mirador del Genil participaron el pasado fin de semana en una asamblea, celebrada en la pérgola de la calle Madre Teresa de Calcuta, en la que mostraron su preocupación ante el futuro del edificio de las Madres Filipenses, en la Plaza San Felipe Neri, y la posibilidad de que, desde la congregación religiosa, se esté negociando la venta del inmueble con alguna entidad interesada en reconvertir el edificio en centro de acogida de menores tutelados o de menores extranjeros no acompañados.
Durante el debate, los vecinos expresaron su inquietud y recelo a estos planes, reclamando al mismo tiempo información transparente sobre estas negociaciones y el impacto que un posible acuerdo de estas características pudiese tener sobre el propio barrio.
Hay que recordar que hace algunos años, un amplio grupo de residentes en esta zona de Puente Genil ya exteriorizó su malestar y rechazo a una posible venta del inmueble para transformarlo en centro de acogida de menores, una situación que finalmente no se produjo, pero que provocó un contexto de tensión con la celebración de varias asambleas e incluso pintadas en los muros del edificio.
El actual edificio que durante décadas fue el Hogar de las Madres Filipenses Hijas de Maria Dolorosa se levantó a finales de los años 70 y primeros de los 80 del siglo pasado en un barrio prácticamente en construcción que fue aumentando su población paulatinamente. Las religiosas desarrollaron una gran labor de ayuda y apoyo a numerosas familias desfavorecidas y en situación de exclusion social. No obstante, con el paso de los años, el número de religiosas fue disminuyendo, lo que motivó la reducción de actividad en un edificio que, actualmente, sigue siendo un faro de solidaridad gracias a la labor que realiza Rafael Villén.
Los planes de venta del edificio vivieron su momento más delicado en 2018, fecha en la que el Ayuntamiento informó de la "presunta decisión tomada por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía de paralizar la apertura en la localidad de un centro de menores extranjeros no acompañados, que iba a tutelar la Fundación Internacional Aproni, una medida que obedecía al malestar que había suscitado la noticia entre cierto sector vecinal, especialmente en la barriada en la que se encuentra el edificio".
Ante el revuelo suscitado, el alcalde, Sergio Velasco, salió al paso de la polémica indicando que actualmente no existe ninguna tramitación de licencia de obra o licencia de actividad para dicho inmueble. “El planeamiento urbanístico sólo contempla para dicho espacio un uso educativo, descartándose otros de carácter residencial, como pudiera ser un centro de menores. A esto hay que sumar que el edificio no cumple los requerimientos normativos actuales para un alojamiento colectivo, debido a la obsolescencia de las instalaciones y equipamientos”, señaló Velasco, quien pidió serenidad a los vecinos y vecinas de los barrios de Santo Domingo y Mirador del Genil, precisando que “el equipo de Gobierno permanecerá atento ante cualquier iniciativa que se plantee para dicho edificio”.
El alcalde también aprovechó la ocasión para expresar su intención de explorar posibles acuerdos con la orden religiosa para dotar al edificio de usos públicos municipales en el ámbito educativo. “Puente Genil ha demostrado históricamente su compromiso social, contando con el Centro de Migraciones de Cruz Roja Española más grande del país. Nuestro pueblo ya cuenta con tres zonas de transformación social como la barriada Juan Rejano, Francisco de Quevedo y la calle Bailén, y ha mostrado su apoyo en diversas situaciones de emergencia, como la reciente movilización popular e institucional ante la DANA de Valencia”, concluyó.