El debate está en la calle. ¿Es partidario de que las fiestas que caen en domingo se trasladen al lunes? ¿Y qué cuando caen en martes o jueves se coja el día del medio para convertir los puentes en acueductos?
Francisco Mairena es de los que están en contra de tantos festivos añadidos. Es autónomo y su negocio se resiente cuando llega una fiesta. “Tengo una pequeña tienda y a lo primero abríamos los días festivos, pero al final los ingresos eran nulos y no nos salía rentable. Así que cada vez que hay una festividad o un puente tenemos que cerrar. Para nuestro negocio son pérdidas”.
En el lado opuesto se encuentran los trabajadores por cuenta ajena que sí pueden disfrutar de días de descanso en esas fechas que marcan en rojo en el calendario.