Vecinos de Torresoto activan la alarma por una promoción abandonada
Los compradores de las viviendas y garajes entregaron importantes cantidades a cuenta a la promotora, que está desaparecida
Un ?proyecto? de promoción inmobiliaria hunde el acerado de una calle de Torresoto
El sótano es accesible a los niños y está cubierto por cuatro metros de agua
En la confluencia de la calle Alvar Fáñez con la avenida Blas Infante -junto a la rotonda del Consejo de Europa- se levantaba una promoción inmobiliaria de casi cuarenta viviendas y otros tantos garajes, además de locales comerciales. Aunque con retrasos en los plazos de ejecución, todo transcurría con relativa normalidad hasta que un buen día los compradores advirtieron de que las obras se encontraban paralizadas y de que la oficina de la promotora había cerrado.
De eso han pasado ya casi tres años. Ahora, se lucha en dos frentes. Los vecinos de Torresoto quieren que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto y garantice la seguridad de los viandantes, toda vez que el acerado se ha hundido y el esqueleto del edificio es perfectamente accesible para los niños. De hecho, la planta sótano es una trampa mortal tanto para los pequeños como para los indigentes que en ocasiones frecuentan el lugar, al haber alcanzado el agua una altura aproximada de cuatro metros.
Pero hay más. Esas aguas sepultan la base de una grúa de más de diez metros de altura que amenaza con desplomarse de un momento a otro sobre las viviendas más próximas a la parcela.
Las demandas de la asociación de vecinos Creando Futuro, que preside Antonio Brenes, lograron que el Consistorio acotase con vallas el perímetro de la parcela, impidiendo así que cualquier persona pudiera acceder al interior de las obras. La respuesta municipal sirvió de poco, ya que al poco tiempo las vallas desaparecieron. Ahora, el colectivo quiere que el Ayuntamiento vuelva a adoptar algún tipo de medida -preferiblemente más contundente- con el objetivo de evitar esta situación de peligro.
Un dinero que se da por perdido
Mientras tanto, las familias que compraron su vivienda o plaza de garaje han acudido a la vía judicial con la intención de recuperar el dinero que invirtieron en su momento. Sonia Sánchez es una de las afectadas que mantiene esta lucha, aunque realmente tiene pocas esperanzas de recuperar los 12.000 euros que destinó a la compra de una plaza de garaje, las dos terceras partes del precio total. Peor es el caso de aquellos que aportaron las primeras entregas para la adquisición de su vivienda, ya que en ese caso la cantidad que entregaron a la promotora ronda los 20.000 euros.
“Un buen día nos dimos cuenta de que habían parado las obras, fuimos a preguntar a la oficina de la promotora, que estaba en la calle Medina, y vimos que allí no había nadie. Habían desaparecido con nuestro dinero. Desde entonces estamos reclamando a través de los juzgados, pero ni siquiera han dado con el propietario de la inmobiliaria”, resume Sonia Sánchez.
Este pasado verano se celebró un juicio por la vía civil al que no se presentó nadie por parte de la promotora. Sí lo hicieron -además de los compradores de viviendas y garajes- un arquitecto y un aparejador, a quienes la parte demandada adeudaba importantes cantidades de dinero.
No en vano, tanto los vecinos de Torresoto como los afectados por la compra de viviendas y garajes coinciden al señalar que Proinmodecor -que es quien promovió la construcción del edificio- no ha pagado a nadie. “Aquí no ha cobrado ni el dueño de la parcela, porque había acordado con los promotores quedarse con los locales comerciales para venderlos o alquilarlos, y como aquí no se ha hecho nada...”, explica uno de los miembros de la asociación Creando Futuro.
Los único que lograron recuperar algo fueron quienes saquearon la obra una vez que se quedó paralizada. “Se dieron cuenta de que no iban a cobrar y se llevaron lo que pudieron”. Los presuntamente estafados han acudido ahora a la vía penal, pero con la sensación de que nadie les va a devolver su dinero. Y mucho menos sus viviendas y garajes.
De eso han pasado ya casi tres años. Ahora, se lucha en dos frentes. Los vecinos de Torresoto quieren que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto y garantice la seguridad de los viandantes, toda vez que el acerado se ha hundido y el esqueleto del edificio es perfectamente accesible para los niños. De hecho, la planta sótano es una trampa mortal tanto para los pequeños como para los indigentes que en ocasiones frecuentan el lugar, al haber alcanzado el agua una altura aproximada de cuatro metros.
Pero hay más. Esas aguas sepultan la base de una grúa de más de diez metros de altura que amenaza con desplomarse de un momento a otro sobre las viviendas más próximas a la parcela.
Las demandas de la asociación de vecinos Creando Futuro, que preside Antonio Brenes, lograron que el Consistorio acotase con vallas el perímetro de la parcela, impidiendo así que cualquier persona pudiera acceder al interior de las obras. La respuesta municipal sirvió de poco, ya que al poco tiempo las vallas desaparecieron. Ahora, el colectivo quiere que el Ayuntamiento vuelva a adoptar algún tipo de medida -preferiblemente más contundente- con el objetivo de evitar esta situación de peligro.
Un dinero que se da por perdido
Mientras tanto, las familias que compraron su vivienda o plaza de garaje han acudido a la vía judicial con la intención de recuperar el dinero que invirtieron en su momento. Sonia Sánchez es una de las afectadas que mantiene esta lucha, aunque realmente tiene pocas esperanzas de recuperar los 12.000 euros que destinó a la compra de una plaza de garaje, las dos terceras partes del precio total. Peor es el caso de aquellos que aportaron las primeras entregas para la adquisición de su vivienda, ya que en ese caso la cantidad que entregaron a la promotora ronda los 20.000 euros.
“Un buen día nos dimos cuenta de que habían parado las obras, fuimos a preguntar a la oficina de la promotora, que estaba en la calle Medina, y vimos que allí no había nadie. Habían desaparecido con nuestro dinero. Desde entonces estamos reclamando a través de los juzgados, pero ni siquiera han dado con el propietario de la inmobiliaria”, resume Sonia Sánchez.
Este pasado verano se celebró un juicio por la vía civil al que no se presentó nadie por parte de la promotora. Sí lo hicieron -además de los compradores de viviendas y garajes- un arquitecto y un aparejador, a quienes la parte demandada adeudaba importantes cantidades de dinero.
No en vano, tanto los vecinos de Torresoto como los afectados por la compra de viviendas y garajes coinciden al señalar que Proinmodecor -que es quien promovió la construcción del edificio- no ha pagado a nadie. “Aquí no ha cobrado ni el dueño de la parcela, porque había acordado con los promotores quedarse con los locales comerciales para venderlos o alquilarlos, y como aquí no se ha hecho nada...”, explica uno de los miembros de la asociación Creando Futuro.
Los único que lograron recuperar algo fueron quienes saquearon la obra una vez que se quedó paralizada. “Se dieron cuenta de que no iban a cobrar y se llevaron lo que pudieron”. Los presuntamente estafados han acudido ahora a la vía penal, pero con la sensación de que nadie les va a devolver su dinero. Y mucho menos sus viviendas y garajes.
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