Al mismo tiempo, remitieron sendos escritos al presidente de la Diputación Provincial, Francisco González Cabaña, y al delegado del Gobierno de la Junta, José Antonio Gómez Periñán, solicitando reuniones urgentes en las que abordar su problemática.
Por si fuera poco, los alcaldes pedáneos anunciaron su intención de mantenerse encerrados en sus respectivos ayuntamientos durante el fin de semana, no descartando llevar a cabo otras medidas de presión a partir del lunes.
Estrategia de confrontación
Mientras tanto, el Gobierno local mantuvo ayer las posiciones ya defendidas el jueves. La delegada del Medio Rural, María del Carmen Martínez, fue incluso más allá, al asegurar que al alcalde de La Barca, Roque Valenzuela, le interesa incluso que Sevillana Endesa interrumpa periódicamente el suministro eléctrico en las dependencias municipales de esa pedanía porque “es la única manera de mantener su confrontación” con el Ayuntamiento matriz.
Martínez recordó que el Consistorio está abonando “puntualmente” las transferencias económicas a las diferentes pedanías, algo que antes “no ocurría”, advirtiendo al mismo tiempo que la autonomía de estas entidades debe ser asumida por sus alcaldes “con todas las consecuencias”. “Cuando hacen sus presupuestos no nos consultan. Deben tener en cuenta que tienen la obligación de hacer frente a un gasto corriente”, apostilló.
Para el primer teniente de alcalde, Casto Sánchez, la actitud de los alcaldes se enmarca en una “clara campaña de confrontación” con el Ayuntamiento protagonizada por dos regidores del PSA y “uno que fue elegido bajo las siglas del PSOE y que él sabrá dónde está ahora”.
Sánchez recordó que hace ya varios meses el Gobierno local asumió con los alcaldes pedáneos el compromiso de encargar un estudio externo para determinar qué cantidades son las que precisan estas entidades para hacer frente al ejercicio de sus competencias, un trabajo que se encuentra ya en su fase final. “Aquí parece que el pequeño tiene razón por el solo hecho de serlo. Estamos queriendo hacer las cosas bien, mientras otros salen a la calle a organizar algaradas”, añadió.
Para Casto Sánchez, estamos ante “una batalla política en el mal sentido de la palabra”.