"La Perla Negra", el mítico barco creado por Gore Verbinski para la trilogía de "Piratas del caribe", surcó los mares imaginarios del cine persiguiendo a Edward Teach 'Barbanegra', aunque no eran tan imaginarios, a juzgar por el encargo que ha sacado adelante un astillero de Ayamonte.
Julio López, su propietario, ha explicado a Efe que jamás ha tenido un encargo como éste, consistente en convertir un antiguo barco atunero de 1927 en un galeón pirata, con el deseo expreso del cliente, un parque temático, de que recordase al barco en el que Sparrow y Elizabeth Swann vivieron sus cinematográficos viajes.
La historia de este curioso encargo arrancó hace más de dos años, cuando en el varadero de Julio se quedó un antiguo barco de los que durante muchos años se dedicaron a la pesca del atún en almadraba en la costa de Cádiz, hasta que el responsable de un parque temático en Albufeira (Portugal) lo vio y pensó que era ideal para el proyecto que tenía en mente.
Este parque quería tener una réplica del mítico barco pirata que solo ha existido en la imaginación de los cineastas, ya que muchas de las tomas de la película eran planos largos o maquetas reducidas, pero el arte del carpintero fue más allá de los impedimentos iniciales.
"A nosotros nos sorprendió, porque quiso hacer una transformación de aquel barco en un barco pirata, aunque inmediatamente le dije que sí, que se podía hacer, se fue fraguando la cosa y cuando llegó el momento salió un barco muy bonito", explica Julio López, el responsable de que se convirtiese en realidad la transformación de aquel barco de hace 86 años en un galeón pirata.
Pero lo que Julio, un veterano carpintero de ribera, no sospechaba era que su propio varadero se terminase convirtiendo en una atracción: "Cuando lo íbamos terminando la gente se paraba a verlo, los niños se subían, se hacían fotos, era todo muy bonito y curioso", recuerda este veterano carpintero de ribera.
"Lo primero que hicieron fue encargarme el proyecto, y siempre que me encargan algo tengo el trabajo terminado en mente, y lo intuyo muy rápidamente, de modo que inmediatamente le hice un croquis a ese señor, y le gustó mucho", relata.
El barco tiene 18 metros de eslora y una altura de mástil de 10 metros, aunque con truco, ya que ante la imposibilidad de encontrar palos que correspondiesen a los de "La Perla Negra" y tuviesen esa altura, recurrieron a unos antiguos postes telefónicos a los que hicieron la magia en la carpintería de convertirlos en un mástil, coronado con una cofa de vigía y una bandera pirata.
"La verdad es que te pones a pensarlo y recuerdas que se hicieron cosas inverosímiles para que todo pareciese de aquella época", dice Julio López, que reconoce que ha visto las películas que protagoniza "su barco", y en ellas observa "algunos detalles" y comprueba que "muchas cosas coinciden con lo que hemos hecho".
Julio López y su equipo consiguieron sacar adelante un barco que bien podría haber navegado desde la costa onubense a su emplazamiento en Albufeira, aunque se eligió un transporte especial para llevarlo hasta la piscina donde ahora es escenario de actuaciones de varios tipos.
Lo único que le faltó al barco fue una botella de ron para brindar como Sparrow en la taberna de la isla Tortuga, lo que, posiblemente, queda emplazado para el siguiente encargo.