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Mucha boca para poco souvenir

Las previsiones de la organización es que la Expoliva concluya con unas 100.000 visitas, la mayoría de las cuales habrán llenado las alforjas de más folletos que aceite y más planos turísticos promocionales que joyas de la literatura de viajes por la provincia de Jaén

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Cuando mañana cierre sus puertas la Expoliva 2009 podrían haberse registrado en la feria bianual alrededor de 100.000 visitas, aunque bien es cierto que algunas personas lo han hecho en varias ocasiones. Un poco menos de la población censada que tiene la capital actualmente. Y la gran mayoría de ellas habrán recorrido los stand de la feria en busca de botellas de aceite, camisetas, gorras y todo tipo de merchandising con el que llenar las vacías bolsas promocionales.
‘¿No tiene nada por ahí?’ puede ser una de las frases que más hayan escuchado las azafatas que amablemente atienden a los curiosos en estos dos días, pero son muchas bocas para tan pocos souvenir.

Promoción
Una de las azafatas del expositor de la Diputación de Jaén asegura que si tuvieran un millón de bolsas promocionales, serían pocas. Sin embargo, en esto de los obsequios también hay clases. Los visitantes rasos deben conformarse con llenar las alforjas con folletos sobre los encantos de la región, la provincia o la ciudad, alguna que otra mini-botella de aceite y, con mucha suerte, alguna camiseta o gorrilla. Para los invitados VIP existen otros obsequios más acordes a su categoría. Los caldos, en el caso de Diputación, los cinco seleccionados para participar en el concurso internacional de cocina “Paraíso Interior”, aumentan su tamaño de la monodosis al cuarto de litro y los folletos se transforman en ilustrados libros de reconocidos autores.
El Ayuntamiento de Jaén tampoco ha querido ser menos y se ha sumado a la promoción del aceite con botellas en cuya etiqueta se rescata la capitalidad del aceite de oliva de Jaén.
El resto de instituciones y empresas ofertan sus productos del mismo modo, aunque incorporan el aperitivo como obsequio a visitantes a partir del mediodía. De este modo, también se puede diferenciar entre dos tipos de visitantes, el madrugador que acude a la caza del mejor souvenir y el visitante social, que se arrima al olor de una buena tapa, pocas veces a la altura de la gastronomía jienense.

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