Hay más de 100 brokers con los que podemos empezar a operar en Forex y sin embargo encontraremos las mismas críticas para todos ellos. Los inversores pierden su dinero. ¿Cómo es posible que el 90% de los inversores pierda su dinero al operar en Forex?
La respuesta suele girar entorno del apalancamiento.
Lo normal es que un Bróker de Forex ofrezca un apalancamiento de entre 100 a 1 y 400 a 1, es decir, que nos permita operar utilizando hasta 400 veces el dinero que hemos depositado en nuestra cuenta de inversión. Obviamente se trata de una gran facilidad sin embargo cuando no se ejecutan estrategias adecuadas de gestión del riesgo, se vuelve fácilmente en nuestra contra. ¿Cómo debemos actuar al invertir en Forex?
En primer lugar hay que considerar que una adecuada gestión del riesgo implica un ratio entre riesgo máximo por operación y capital total disponible de modo que, aun acumulando una racha de operaciones negativas, podamos seguir abriendo nuevas operaciones sin que las perdidas pasadas nos condicionen. La pérdida máxima que debemos estar dispuestos a asumir en una sola operación debería estar entre un 1 y un 5 por ciento de nuestro capital disponible. Esto quiere decir que si disponemos de 1.000 en nuestra cuenta, en ningún caso deberíamos estar dispuestos a perder más de 50€ en una sola operación. Partiendo de estas cifras comprobamos como para llegar a perder todo nuestro capital deberíamos acumular un total de 20 operaciones negativas seguidas (20*50€ = 1.000€), algo poco probable.
Una vez comprobada la importancia de establecer un límite de pérdidas máximo por operación adecuado al tamaño de nuestra cartera, debemos aprender a respetarlo. Operar en Forex no consiste en sentarse en una mesa de Blackjack y pedir cartas. Se trata de un negocio y como tal hemos de planteárnoslo. Son muchas las ocasiones en las que nos enfrentaremos a escenarios de mercado en los que estaremos completamente seguros de que vamos a poder realizar un beneficio, el problema surge cuando ante tales circunstancias abrimos operaciones arriesgando un capital por encima del riesgo máximo aconsejado para el tamaño de nuestra cartera: sin duda podremos ganar mucho más dinero del que ganaríamos operando con menos capital, pero también perderlo, y por desgracia es lo que acaba sucediendo pues por cada operación que efectivamente acaba reportándonos beneficios, hay por lo menos otra que cerramos en pérdidas y estas pérdidas también están por encima de lo admitido por nuestra estrategia de gestión de riesgos que, aún en el caso de conseguir beneficios, nos habremos saltado.
Así pues, ¿en qué momento podemos saltarnos nuestra política de
gestión de riesgos y en qué momento no? La respuesta es sencilla: nunca debemos saltárnosla pues el hacerlo una vez, con independencia del resultado de la operación, implica que ya no estamos operando en base a un sistema destinado a generar beneficios regulares, sino que estaremos sentados en una mesa de Blackjack pidiendo cartas. Y ni que decir tiene que la banca siempre gana.