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Una madre no ve a su hija por dilaciones judiciales al pegarle una bofetada

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 Una madre ha conseguido la autorización judicial para visitar a su hija de 10 años después de más de tres años sin contacto, primero por voluntad del padre, luego en virtud de la sentencia de divorcio y finalmente por una condena penal que le impusieron por dar una bofetada a la niña.

El abogado de la madre, Manuel Pérez Peña, ha explicado a Efe que su clienta fue condenada a nueve meses de prisión y un año y 9 meses de incomunicación con su hija por haberle propinado una bofetada y un empujón el 4 de septiembre de 2005 en el ascensor de su domicilio.

El juzgado de El Puerto de Santa María  que vio el caso intentó aplicar la condena de alejamiento a partir del 18 de abril de 2008, cuando el fallo fue confirmado por la Audiencia de Cádiz, pero ahora esta sala ha considerado que la pena se debe contabilizar a partir de la sentencia de divorcio, dictada en octubre de 2006, que ordenó la incomunicación de madre e hija mientras no se juzgase la agresión.

En un auto, la Audiencia dice que "no solo resulta razonable, sino que es de interés para la menor, que no puede ni debe verse indefinidamente privada del cariño de su madre".
El abogado alegó ante la Audiencia que C.S.A. abofeteó a su hija, que entonces tenía 7 años, "en una situación de desbordamiento emocional y falta de control de impulsos".

Tal actitud, pese a no ser justificable, "está ocasionando un daño que se puede convertir en irreversible a la propia víctima", indica.

Manuel Pérez denuncia que a consecuencia de la dilación de la Administración de Justicia, a día de hoy la madre lleva un total de 38 meses sin ver a su hija, desde que en septiembre de 2005 se produjo la agresión por la que fue condenada.

La mujer "viene sufriendo una pena preventiva que se ha prolongado por más tiempo del impuesto en el propio proceso penal", mediante lo que el letrado considera "permisividad y pasividad" de los jueces en beneficio del padre, que quedó con la custodia de los hijos.

"El padre ha sancionado particularmente a sus hijos, ante el beneplácito de los Tribunales de Justicia, propiciando que se fuera fraguando una situación de alienación parental de los niños hacia su madre", sostiene el letrado. 

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