?Cuando se unen el oficio y el arte el resultado es maravilloso?
Antonio, gracias por acudir a mi llamada y quiero decirte que hace ya mucho tiempo, y tú lo sabes, quería tener contigo un rato de charla para nuestro "Puente Genil Información" y contarle a mis queridos lectores cosas del invitado de turno, y generalmente empiezo siempre haciendo la misma...

- Antonio Centenera -
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Pregunta.- ¿Quien es Antonio Centenera?
Respuesta.- Bueno, yo creo que ni él mismo lo sabe. Antonio es un hombre que ha vivido siempre de su trabajo en la construcción. Por naturaleza se considera bohemio y, además, se le conoce por tocar la guitarra y trata de hacer su trabajo lo mejor posible, y como persona procura ser lo mejor que puede con todo el mundo, aunque a veces no reciba el mismo trato, pero, bueno, le da igual. Creo que estas alturas de la vida es imposible que cambie su manera de ser, y las goteras que le van apareciendo tienen difícil arreglo. Raphael sin ser del flamenco es un ídolo para mí, y en uno de su últimos trabajos tiene una letra preciosa y que me identifico plenamente en ella, dice más o menos así: "ahora que el tiempo ha pasado y he dejado de lado la competición, veo más claro y mucho mejor y doy gracias a Dios por haber llegado hasta aquí".
P.- ¿Qué es una guitarra para ti?
R.- Para mí, la guitarra es todo, yo no puedo estar lejos de ella mucho rato, tengo que tenerla siempre al alcance de la mano, por que en cualquier momento siento la necesidad de acariciarla, sin ella me costaría mucho trabajo vivir y, por supuesto, junto con la familia.
P.- ¿En qué se parece la guitarra a una mujer?
R.- Hombre, siempre se ha dicho que la guitarra tiene cuerpo de mujer y como tal hay que acariciarla con delicadeza. La guitarra da unas cosas que no te da una mujer, la mujer te da otras que no te da la guitarra. Tampoco te pide lo que pide una mujer. Las seis cuerdas con cuerpo de mujer siempre está ahí, esperando, dispuesta, paciente, es lo más parecido a una madre que lo da todo sin pedir nada a cambio. La mujer te quiere según te portes con ella.
P.- ¿Cuándo nació en ti la afición por la guitarra?
R.- Por desgracia en mi casa a nadie le gustaba el cante, lo veían como una cosa de artistas y oficio de vagos, nunca me apoyaron. Aquella manera de pensar me dolía muchísimo. Pero a pesar de todo desde muy joven luché yo solo como autodidacta, y creo que llegué a conseguir un nivel aceptable, puesto que con casi treinta años ya estaba cuajado. Hoy los chavales con 8 o 10 años comienzan con maestros y aprenden maravillas, por descontado hay cosas que no enseña ningún maestro: "La personalidad", eso se tiene o no se tiene.
P.- A ese tener o no tener ¿se le llama arte?
R.- El arte hay muchas formas de definirlo. Sin embargo cuando lo que tocas te sale de adentro, del fondo del alma, y si tu estado de ánimo es bueno y te encuentras bien, entonces te comes al mundo porque todo te sale fenómeno. Modestia aparte creo que ese "puntito" lo tengo yo, al menos eso me dicen algunos, será por que me quieren bien. Hay dos cosas distintas que tenemos que tener en cuenta y no podemos olvidar; el oficio y el arte, pero cuando se juntan las dos el resultado es maravilloso, hay que quitarse el sombrero, "chapó".
P.- ¿Has tenido que aprender música?
R.- No, yo de música no sé nada, toco de oído. Hasta hace poco viví en El Palomar, de lo que me siento muy orgulloso. Recuerdo que desde chico me arrimaba a los conjuntos musicales que allí actuaban, me fijaba en todos; cantantes, guitarras, baterías etc. pero verdaderamente el que me atraía de verdad era el músico que tocaba las seis cuerdas.
P.- ¿Siempre te has dedicado al acompañamiento?
R.- Aunque he hecho mis pinitos en solos y tal, pero lo mío ha sido el acompañamiento. El concertista de guitarra es un músico extraordinario, un fuera de serie, que sobresale y le da la vuelta al mundo dando conciertos, pero, bueno, esa categoría la alcanzan muy pocos; Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo, Gerardo Núñez y pocos más.
P.-¿Tiene que existir coordinación entre el cantaor y guitarrista?
R.- Si son buenos profesionales no hace falta, lo que pasa es que si además se conocen, son amigos, se entienden y se quieren, en el buen uso de la palabra, es mucho mejor. No olvidemos nunca que el protagonista es el cantaor, el guitarrista tiene que estar siempre pendiente del cantaor para que todo salga a la perfección. Si el cantaor, como ser humano, falla en algo, ahí está el guitarrista para echarle las manos que hagan falta y ayudarle. Pero cuando los dos saben lo que tienen entre manos, nunca suceden estas cosas, ahí esta la profesionalidad.
P.- ¿Cuánto tiempo le dedicas a la guitarra?
R.- A la guitarra hay que echarle muchas horas. Yo reconozco que soy un poco vago, le debería dedicar mucho más tiempo, quizás sea porque nunca he vivido de ella.
P.- ¿Se puede vivir de la guitarra?
R.- Para los que no somos esos fenómenos que te he dicho antes, es muy difícil vivir de la guitarra. Aquí no se puede engañar a nadie, ten en cuenta que el público elige al cantaor, y el cantaor al guitarrista, y si el cantaor tiene un nivel y caché alto, tú también puedes vivir del toque como él vive del cante. Así funciona esto.
P.- ¿Por qué no pegaste el salto a Madrid, Sevilla etc. y dedicarte de lleno a la guitarra?
R.- Tengo que confesar que yo nunca me atreví a dar el salto por temor a caer en mitad del charco. Yo no podía dejar mi oficio del que he vivido con cierta holgura y dignidad para iniciar una aventura que no sabes como puede terminar. Guitarristas hay muchos y muy buenos. Como yo, hay doscientos mil, y mejores que yo hay otros tantos, entonces, si no aprovechas el buen momento para conseguir el sitio que crees merecer, mejor es quedarse quieto por que no lo vas a coger nunca, ¿comprendes? Yo he conocido y visto a muchos cantaores y guitarristas que, por desgracia, en vez de vivir han sobrevivido a trancas y barrancas, y cuando ves esas cosas yo que tenía mi trabajo seguro, posiblemente, ese fue el motivo por el que no me lancé a la aventura. Si se quiere vivir del arte es para vivir con dignidad y bien, para otra cosa me quedo con mi oficio que no me ha ido mal.
P.- Entonces ¿no te arrepientes?
R.- En absoluto. Yo siempre me he dado por satisfecho con lo que tengo, y nunca he pretendido hacer de la guitarra mi profesión. Ahora hago lo que buenamente me interesa sin preocuparme mucho de lo económico, lo que sale si me interesa lo hago, sin presión, tranquilo, a mi aire, sin competir, relajado, me va bien y soy feliz. Yo cuando subo al escenario salgo a darlo todo, doy siempre las cinco pesetas del duro y si otro lo hace mejor yo soy el primero en felicitarlo y aplaudirlo.
P.- ¿Cuando subes al tablao sientes mariposas en la barriga?
R.- Cuando subo, no. Mucho antes de subir me entra la "Jindama" más grande del mundo y todavía me sigue entrando, pero cuando empiezas con el primer rasgueo me trasformo y se me quita de momento, quien diga lo contrario es que no se siente ni artista ni tiene sentido de la responsabilidad.
P.- ¿Con quién has estado más tiempo acompañando?
R.- Yo he estado acompañando a muchísimos cantaores, el primero que me eligió fue Frasquito, después muchísimos… Julián Estrada etc. y con Antonio Ranchal de Sotomayor más de veinte años.
P.- ¿Cómo era Antonio?
R.- Antonio, nada más salir de su casa, bien para actuar o simplemente salir a la calle ya era un personaje. En el escenario tenía una personalidad arrolladora, única, su forma de interpretar, transmitía su manera de ser, vestir, andar etc. yo creo que nadie lo ha hecho tan bien como él. Pudo ser muchísimo más de lo que fue a poco que él se lo hubiese propuesto, pero, él, era como era, un gran artista, y ya está.
P.- ¿En el mundo del flamenco existe el "compadreo"?
R.- Hombre, ¿dónde no existe? claro que existe, como en todas partes. Pero una figura del cante no se mantiene cuarenta años por que exista el compadreo. El artista que lleva más de cuarenta años cantando en figura es por su valía: Fosforito, El Lebrijano, lo que era Camarón y tantos otros, si estos señores están ahí es por que el público lo pide, y no hay más vuelta de hoja.
P.- ¿Cómo ves nuestro Festival de Cante Grande?
R.- Yo hace muchos años que no voy porque coincide en unas fechas que me voy a la costa y también tengo mis actuaciones. Algunas veces me han dicho "¿te vas por no escuchar a ninguno?" No hombre ni mucho menos. Por el Festival han pasado siempre las mejores figuras del cante y del baile del momento. Hoy ya no hay nada de lo que había, unos por que han desaparecido físicamente, otros por que no están por unas cosas o por otras, en fin, es lo que hay. Todos sabemos que por el Festival de Cante Grande ha pasado lo mejor de lo mejor. Posiblemente sea uno de los pocos pueblos que el festival no lo organizan las peñas y personas entendidas en el flamenco. Aquí, con todos mis respetos, lo organiza el político de turno que, por cierto, no está obligado a saber de lo que va el asunto. Por supuesto, no pongo en duda su mejor intención de mejorar y engrandecer el evento, pero bueno… ahora recuerdo una frase que escuché por esos mundos de Dios que decía: "El político, en general, suele poner un problema a cada solución".
Antonio, sigue disfrutando en cada actuación este verano por esos festivales acompañando con tu guitarra a los cantaores que te han elegido; sin presiones, ni competiciones, relajado, tocando para gozo tuyo y sobre todo creando escuela de: saber estar. Un fuerte abrazo.