“Después de casi tres décadas de ejemplar funcionamiento, resulta evidente que el Estado de las Autonomías implantado por la Constitución de 1978 ha producido en estos años un rápido y eficaz proceso de descentralización. Ahora bien, transcurrida esta fructífera etapa de experiencia autonómica se hacen necesarias reformas que modernicen el modelo territorial”. Se establece así en el Preámbulo del Estatuto Andaluz de 2007 y puede aplicarse tal cual a la necesidad de la reforma de nuestra Constitución.
Desde las multitudinarias manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 (en que muere el inolvidable joven malagueño García Caparrós) al 28 de febrero de 1980 se jalonan los pasos de Andalucía hacía una autonomía plena por la vía constitucional del 151. Desde entonces, Andalucía ha dispuesto de dos Estatutos de Autonomía. En ambos se observa un progreso en la definición de Andalucía y su caracterización va consolidándose hasta ser catalogada como una nacionalidad histórica o realidad nacional. El 28 de febrero era un grito por la igualdad. Ya teníamos los andaluces libertad pero era precisa garantizar la igualdad para los ciudadanos que se habían padecido años de abandono. “Ni más que nadie, ni menos que ninguno”. “Ni privilegios, ni discriminaciones”. Eran las consignas que asumieron los andaluces. Las mismas que hoy. Singularidades sin privilegios. Reconocimiento de diferencias sin discriminaciones.
Así estamos: Nación andaluza: Catorce municipios andaluces están entre los veinticinco con menor renta per cápita, según la Agencia Tributaria. Otros catorce municipios tienen el mayor índice de desempleo de entre los veinticinco de más paro, según el INE. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública acaba de publicar un estudio sobre el estado de la sanidad en las comunidades. Por vez primera Andalucía ocupa un puesto entre las comunidades con los peores servicios sanitarios. Nación andaluza: La brecha de la riqueza entre las comunidades españolas no ha disminuido, sino que aumenta. La distancia entre las más ricas y las más pobres era de 9.814 euros en 1980 y en 2014 asciende a 15.156 en PIB. Queda tarea.
Nación de naciones, nacionalidades y regiones, realidades nacionales, nacionalidades históricas son expresiones de nuestra diversidad que deben ser integradas en un proyecto –seguramente federal- que logre un nuevo acuerdo nacional que de acomodo a nuestros ciudadanos en España. En este debate que está a flor de piel habrá que pensar, sobre todo, en el bienestar real de los ciudadanos.