La Delegación Provincial de Empleo se puso en contacto con el colectivo de parados formado por unas 35 personas (una veintena de ellas han sido los que han protagonizado el encierro, el resto se ha manifestado cada día por las calles de la ciudad y frente a las instituciones implicadas) para proponerles una alternativa. El ofrecimiento pasa por que todos ellos cursen durante un año un taller de mantenimiento de edificios promovido por la asocaciación Cardijn y subvencionado entre la Consejería, Diputación y el Ayuntamiento de Cádiz.
El Obispado de la Diócesis, que ha estado involucrado de alguna manera desde el principio del proceso, tampoco se ha desentendido de la solución y ha cedido uno de sus edificios para albergar el taller, que durará un año completo y que permitirá al colectivo obtener un salario.
El portavoz de los parados, Daniel Castiñeira explicaba a INFORMACIÓN que habían preferido decantarse por esta opción y poner fin al “porque nos garantizan un año de trabajo y para evitar más sufrimiento a nuestras familias”.
Aunque hicieron oficial su postura a primeras horas de esta tarde, el grupo saldrá del templo aproximadamente a las 21.30 horas. El motivo no es otro que esperar a que se encontraran en el templo tanto Pascual Saturio como el sacerdote Juan Carlos Muñoz para despedirse de ellos.
Según cuenta Daniel Castiñeira, los padres se han puesto muy contentos con la noticia “porque han sufrido mucho al vernos aquí, especialmente cuando venían nuestros hijos a vernos y corrían por el patio ajenos a todo”.
Eso sí, la propuesta realizada por el grupo de desempleados se ha descartado, al menos por el momento. En este sentido, ellos planteaban la posibilidad de que se creara una empresa pública dedicada a la construcción que se encarga de hacer las obras necesarias en la ciudad.