La sombra del confinamiento domiciliario -aunque sea parcial- vuelve a planear por tercera vez en España ante los datos epidemiológicos, si bien la situación dista mucho de la que se vivió en el pico de la pandemia de marzo y se aproxima más a la de otoño, cuando se logró esquivar esta medida extrema.
El debate ha vuelto -ya sea total o con un toque de queda a las 20:00 horas como ha hecho Castilla y León- cuando la presión hospitalaria, uno de los factores que empujó al confinamiento total de marzo, ha retrocedido tras la Navidad a cifras similares a las de mediados de noviembre, recién superada la cumbre de contagios de la segunda ola, situándose en un 19 % y 33 %, respectivamente.
Pero lo ha hecho cuando las cifras son muy distintas de las de la primavera pasada: Sanidad calcula que entre los días 13 y 22 de marzo de 2020, la primera que los españoles pasaron confinados en sus casas, las camas hospitalarias dedicadas a la covid eran el 56 %, con unas ucis saturadas al 55 %.
Apenas se detectaba uno de cada diez casos, de los que algo más de la mitad, el 54 %, acababa en el hospital. El 12 % falleció. En las semanas sucesivas la cifra de muertos superaba los 800 e incluso los 900 diarios.
El problema del inicio de la pandemia fue la falta de pruebas diagnósticas que, junto al cambio de estrategia de vigilancia y control el 11 de mayo, impide hacer comparativas con los meses que siguieron a la desescalada o con lo que está sucediendo ahora: si antes solo se detectaba uno de cada diez casos, ahora la cifra asciende a casi un 80 %.
Tras unos meses estivales en descenso, con sus altibajos, la curva volvió a crecer en otoño, alcanzando un segundo pico en la última semana de octubre, cuando los casos notificados rondaron los 25.000 diarios, llegando a situar la incidencia acumulada a 14 días a 528 por cada 100.000 habitantes a principios de noviembre.
Durante la primera semana y hasta mediados de ese mes, mientras los contagios iban bajando hasta situarse en alrededor de 15.000, los hospitalizados diarios rondaban los 1.400 y en las unidades de cuidados intensivos se llegaron a ingresar 145 pacientes en un solo día.
El 16 de noviembre las ucis tocaron techo con un 32,8 % de su ocupación, mientras la presión hospitalaria se movía en torno al 16 %. Mientras, el número de fallecidos superaba los 200 diarios hasta llegar a su máximo el día 17 con 330.
Ante estas cifras, algunas autonomías como Asturias, Ceuta y Melilla solicitaron formalmente el confinamiento domiciliario, del que también hablaron otras como Castilla y León y Cataluña.
Sin embargo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa descartó esta opción a la espera de comprobar la eficacia de las medidas que las comunidades empezaron a implementar a finales de octubre, que iban desde el cierre de la hostelería a confinamientos perimetrales, y con las que se redujo la carga asistencial por debajo del 9 % y la ocupación de las ucis al 20 % en diciembre.
Ahora, tras las navidades, la incidencia en España se ha disparado a los 700 casos por cada 100.000 habitantes, las camas ordinarias con pacientes covid suponen el 18,61 % y las unidades de cuidados intensivos están al 32,71 % de su capacidad.
Según explicó el pasado jueves el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, el nivel de transmisión en esta tercera ola es muy similar al de la segunda, en la que no fue necesario llegar al confinamiento domiciliario.
La principal diferencia respecto a noviembre es que se ha producido un momento de "transmisión puntual muy grande" a finales de año, que ha provocado que la tendencia, que ya era ascendente, haya tenido un incremento significativo desde el 8 de enero.
Y el hecho de tener un gran volumen de casos en un periodo tan corto de tiempo "es la peor situación que puede esperar el sistema asistencial".
Si las medidas que las comunidades empezaron a poner en marcha desde el 31 de diciembre no son lo suficientemente eficaces, seguirá habiendo una subida de casos que, aunque sea más suave, va a poner a las ucis "en una situación crítica más rápido de lo que observamos en la segunda ola".
De todo ello volverá a hablarse una vez más en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que abordará la posibilidad de adelantar el toque de queda como han apoyado ya varias comunidades, encabezadas por Castilla y León, donde esta medida rige desde ayer.
Salvador Illa ha reiterado este martes que el actual estado de alarma es "suficiente" para "combatir el incremento de casos" y ha abogado otra vez por esperar los días necesarios para que las restricciones tengan su efecto en la evolución de la pandemia.