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Cádiz

Un matrimonio de jubilados pide ayuda para cambiar de casa: “Nos va a costar la salud”

Denuncian los problemas de humedad y de plagas de cucarachas de su vivienda de alquiler social en Procasa que han sufrido que se la adjudicaron hace dos años

  • La calle Mirador, donde se encuentra la vivienda alquilada de este matrimonio. -
  • "Procasa ayuda mucho, pero nosotros hemos tenido mala suerte. Queremos que nos cambien de casa", señala Diego

A Diego Pérez, de 74 años y a su esposa la casa se les cae encima. Hace dos años, en plena pandemia, tuvieron que dejar el piso en el que han vivido de alquiler durante 20 años en la calle Beato Diego tras ponerlo la propiedad a la venta. Entre los dos, este matrimonio de pensionistas gaditanos no llega a los 1.000 euros, por lo que pagar una renta de un piso particular se les hacía cuesta arriba. Aun así, salían adelante “con la ayuda de la asistenta social”, relata Diego a VIVA CÁDIZ.

Al verse en la calle, contactaron con Procasa, la Empresa de Vivienda del Ayuntamiento de Cádiz, donde les dieron lo que entonces vieron como una solución y agradecieron: un alquiler social en un bajo, en la calle Mirador, 24, cerca de la zona de la Cuesta de Las Calesas. Entraron con toda la ilusión del mundo, pero no aguantan “ni un día más”. Denuncian problemas de humedad y de insalubridad.

Según narra este pensionista, se encuentran en esta situación “desde el primer día” por la presencia masiva de cucarachas. Procasa, en este sentido, respondió a sus llamadas y ha costeado varias fumigaciones, pero el problema sigue sin solucionarse. “Llevamos desde el primer mes diciendo que nos queríamos ir. Hemos llegado a recoger entre 20 y 30 cucarachas y la hemos llevado a Procasa para decirles lo que teníamos en casa; se ha fumigado pero tenemos dos patios al fondo y siguen saliendo por toda la casa por mucho que se haya sellado la arqueta. Retiramos lámparas, hemos tapado todos los boquetes, pero nada”, detalla. 

Su hija vive con ellos para cuidarlos porque están delicados de salud, y tampoco puede trabajar para echarles un cable. No saben qué más hacer para que les hagan caso. “Procasa ayuda mucho, pero nosotros hemos tenido mala suerte. Queremos que nos cambien de casa; esto nos va a costar la salud. No podemos estar más tiempo aquí. Es verdad que pagamos 87 euros de alquiler (luz y agua aparte), pero no nos importa pagar un poco más pero fuera de aquí”, señala. Lo que más les desespera es que se ven atados de pies y manos. “¿Quién se pone a buscar un piso de 600 o 700 euros con nuestra pensión?”, se pregunta. 

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