A pesar de los miles de diferentes estímulos visuales a los que el ser humano tiene acceso en la actualidad, esa variedad cultural no está sirviendo para diversificar la idea de lo que es bello, ya que los nuevos soportes tienden a crear modas, corrientes y tendencias contrarias a las singularidades, explicó este profesor de la Universidad de las Islas Baleares.
“En otras épocas, la exposición ante los estímulos era múltiple, pero aislada, mientras que ahora está más globalizada. Hay una tendencia hacia la uniformidad, aunque de vez en cuando, dentro de esa misma uniformidad, salten divergencias”, señaló el investigador respecto a la evolución cultural de la belleza, al margen su trasfondo biológico.
Cela Conde pasó por el Cosmocaixa de Barcelona para dar a conocer los experimentos que se realizan en el laboratorio de Sistemática Humana -un centro del CSIC, del que es director- y que han permitido identificar ciertos patrones de respuesta cerebral a la belleza por medio de técnicas de neuroimagen.