Así lo confirmaron ayer el consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, quien ha recalcado que la información oficial que han dado los laboratorios sobre el origen de las muertes, la bacteria pasterella, llegó el lunes a la Administración autonómica, después de seguir los protocolos establecidos para este tipo de mortandades.
De Santiago-Juárez ha comparecido en una rueda de prensa acompañado del viceconsejero de Desarrollo Sostenible, José Manuel Jiménez, y la viceconsejera de Desarrollo Rural, María Jesús Pascual, quien ha explicado que la bacteria que origina la enfermedad al asociarse con situaciones de estrés –en este caso por el calor–, no tiene repercusiones en los humanos.
En concreto, Pascual ha detallado que la bacteria se eliminaría por los propios jugos gástricos del sistema digestivo y que la pasterella no resiste una temperatura de 55 grados, por lo que de ser ingerida la carne de un ciervo que se haya visto afectado, no tendría efecto negativo.
Aunque la viceconsejera ha sostenido que el brote “está remitiendo”, la Junta de Castilla y León tiene la intención de mantener el protocolo seguido hasta ahora para el hallazgo de cadáveres animales en la zona, que consiste en tomar muestras y remitirlas a los laboratorios de referencia para su análisis.
No restringirán los análisis a los ciervos, sino que el protocolo se aplicará a todos los animales muertos hallados en la zona de influencia de este episodio, como el caso de un jabalí y corzos hallados en los últimos días.
Además, el lunes se tomaron muestras de una hembra de ciervo, que estaba siendo atacada por un depredador, y su cervatillo, que fue abatido, para analizar si estaban afectados por la enfermedad, según ha confirmado Pascual, quien ha remarcado la dificultad existente para recoger muestras válidas para el análisis, ya que muchos de los cadáveres están en un avanzado estado de descomposición.
De hecho, pese a que son ya 141 los cadáveres encontrados, sólo han podido realizarse cinco necrosias, según Pascual, quien ha insistido en que se trata de una enfermedad causada por una bacteria que “reside de forma habitual en el tracto respiratorio de los animales”, pero que es “relativamente débil” y se elimina “con la mayoría de los desinfectantes”.
Pascual ha recordado que la vacuna contra esta bacteria está “ampliamente difundida” para su uso en animales domésticos, pero que no figura dentro de la vacunación obligatoria, sino que son los ganaderos los que deciden si la usan o no, ya que no deriva en una enfermedad que no pueda frenarse con un simple tratamiento de antibiótico.
La mortandad equivale al 3% de la población de ciervos catalogados en la zona –existen entre 3.000 y 3.500 en la Sierra de la Culebra–, que es en opinión del viceconsejero de Desarrollo Sostenible un “ratio tranquilizador”, ya que sólo la práctica de la caza elimina cada año al “25 ó 30% de la población” y los lobos a cerca del “10%”.
El portavoz de la Junta se ha dirigido al PSOE para pedir que no “alarme a la población” con cifras y declaraciones que en su opinión no se ajustan a la realidad y con las que “hacen el ridículo”. “Oficialmente hemos encontrado 141 ciervos, si alguien da otras cifras que diga dónde están, ha sentenciado al hablar de las cifras aportadas por los socialistas, que hablaron de hasta 300 ciervos muertos.
En este sentido, hay que recordar que la pasteurelosis que afecta a los ciervos es una enfermedad originada por una bacteria comensal.