La cápsula de descenso de la Soyuz, que trajo de regreso a los cosmonautas rusos Alexandr Skvortsov y Mijaíl Kornienko, y a la astronauta de la NASA Tracy Caldwell-Dyson, se posó a las 05.23 GMT en una zona al sureste de la ciudad kazaja de Arkalyk.
“La tripulación soportó bien el descenso y el aterrizaje. Los cosmonautas están de buen ánimo”, informó al Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia un miembro de los equipos de rescate, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
Quince aviones y helicópteros participaron en el seguimiento del aterrizaje de la nave espacial.
Los tres tripulantes de la Soyuz permanecieron en el espacio 176 días, uno más de lo previsto, debido a un fallo técnico que obligó a aplazar veinticuatro horas su regreso a la Tierra, en el primer incidente de esta naturaleza en la historia de la explotación de la EEI.
La agencia espacial rusa, Roscosmos, precisó que una de las alarmas indicaba falta de hermetismo de la nave Soyuz, lo que fue descartado después de las revisiones de rigor.
“Nos cercioramos de que la señal era falsa, buscamos el desperfecto, descubrimos que era de carácter mecánico y lo solucionamos con la ayuda de los tripulantes”, dijo el jefe del Rosmos, Anatoli Permínov, minutos después del aterrizaje de la Soyuz.
Permínov explicó que el desperfecto se debió a que “los cosmonautas aplicaron una fuerza inadecuada, como resultado de lo cual se rompió un perno y una rueda de un engranaje”.
“Lo más importante es que el grupo técnico halló en un plazo muy breve las soluciones y ya para las 14.00 horas (10.00 GMT) del viernes el problema había sido subsanado”, indicó Permínov, quien agregó que, pese a ello, se decidió mantener la decisión de aplazar el desacoplamiento de la nave.