Los críticos de estas actuaciones sostienen que esta muerte evidencia la ineficacia de unos programas muy caros y que ni siquiera han logrado evitar que este lince, seguido por satélite, muriera hambriento el pasado sábado en Doñana.
Las autoridades replican que preservar el lince ibérico, del que sobreviven algo más de doscientos ejemplares en Andalucía, es una responsabilidad ardua pero irrenunciable que ha logrado aumentar su población pese a fatalidades como la del pasado fin de semana en Doñana donde, además de Caribú, murió otro macho, atropellado, y se halló el cadáver de Esponja, una joven hembra tiroteada y con traumatismos compatibles con un atropello o un apaleamiento.
Pero Caribú no ha sido un lince perdido más, como los que mes tras mes mueren por causas no naturales pues era, tras Baya, el segundo macho capturado en Sierra Morena para reproducirse en Doñana y mejorar la genética.