Investigaciones previas ya habían apuntado la importancia de estas proteínas en la formación de los huesos y se había demostrado que su inhibición es efectiva para el tratamiento de patologías relacionadas con los huesos.
González ha explicado que “estudios realizados en ratones habían demostrado que una correcta regulación de esta proteína es esencial para el desarrollo de la glándula mamaria pero hasta ahora no existían evidencias de su implicación en cáncer de mama”.