Bajo la lluvia, como durante el funeral de Fermín Salvochea, Cádiz ha despedido este lunes a Carlos Díaz, primer alcalde democrático, entre 1979 y 1995, y parlamentario andaluz durante tres legislaturas, entre 1982 y 1994, fallecido el domingo a los 88 años, con una sencilla ceremonia por expreso deseo de su familia a la que han acudido, no obstante, cientos de personas, entre la que ha destacado una nutrida representación de autoridades públicas, ex compañeros de Corporación y miembros del PSOE, partido al que estuvo ligado desde la Transición.
Pero quienes han desarrollado si trayectoria política en el otro lado del espectro ideológico, remarcaron el cariño “a un hombre respetuoso y dialogante”. Teófila Martínez, que arrebató la Alcaldía a los socialistas en 1995, cuando precisamente Carlos Díaz fue apartado como número uno de su formación, recordó “los buenos ratos que pasamos comentando cosas de la ciudad” cuando coincidían en peñas y eventos sociales y culturales de la ciudad una vez que empuñó el bastón de mando, y al que reconocer hacer “mucho por Cádiz con la mejor intención y todo su corazón”. “El último encuentro que tuvimos, muy entrañable, fue en la boda de Juan Manzorro”, relató. “Es un día triste”, agregó.
José Antonio Barroso, que coincidió como regidor en Puerto Real durante los 16 años de mandato del tristemente fallecido Hijo Adoptivo de Cádiz, reconoció abiertamente “discrepancias” en cuestiones como “el rescate del puente, el modelo universitario o la política de vivienda”, pero subrayó que “eso no significó nunca poner en entredicho nuestra relación”. Y recordó que sus hijas le preguntaron, apenas siendo unas niñas, “por qué te peleas tanto con Carlos Díaz con lo buena persona que es”.
Pepe Blas Fernández, que también se desplazó al tanatorio de Servisa, valoró igualmente la excelente sintonía, aun cuando le tocó estar al frente de la oposición, con el PP, entre 1983 y 1995. “Compartíamos inquietudes profesionales (el alcalde era funcionario técnico de la Seguridad Social), y compartíamos tertulia en el Miami, cerca de Puertas de Tierra”, rememoró, agregando que “era un caballero, dado que tuve el honor de representar al Ayuntamiento en varias ocasiones porque él mismo me lo ofreció”.
Si bien no coincidió en el ámbito municipal en el mismo tiempo, David de la Cruz, que acudió en representación de Adelante Izquierda Gaditana con Lola Cazalilla y Helena Fernández, entre otros (José María González, Kichi, estuvo a primera hora con la familia, pero se ausentó posteriormente por su responsabilidad como profesor), quiso poner igualmente el acento en su calidad humana. “Una de mis primeras entrevistas como periodista fue a Carlos Díaz y me trató con una amabilidad, sencillez y elegancia que me dejó marcado”, declaró ante los medios de comunicación.
“Era un buen conversador, muy buena persona, abierto a todo el mundo, discreto, austero”, apuntó, por su parte, el alcalde, Bruno García, en el aspecto personal. En cuanto a su “perfil clave” en el municipalismo, destacó que, como primer edil en los albores de la democracia, “puso las bases del Ayuntamiento” tal y como lo conocemos hoy, “afrontando tiempos muy difíciles”. Por ello, anunció que este miércoles, se celebrará un Pleno extraordinario, a las 11.00 horas, para honrar su figura y su legado.
Al respecto, dos ex concejalas integrantes de sus equipos de Gobierno enumeraron logros en los 16 años de alcalde. Por un lado, Carmen Chico indicó que, “cuando no había ni despachos en el Ayuntamiento”, apostó por crear el Centro Asesor de la Mujer. Josefina Junquera, acompañada de Ramón Vargas-Machuca, hombre clave para que Carlos Díaz liderara la candidatura en 1979, sumó “los servicios sociales” que sustituyeron al desfasado Padrón Municipal de la Beneficencia, “los centros culturales de La Lechera y El Palillero, el Gran Teatro Falla, las viviendas del Cerro del Moro, que ahora se van a concluir, o el Palacio de Congresos”, siempre “con la interlocución con las asociaciones de vecinos” que echan a andar en democracia como canal de participación, “siendo muy escrupuloso con la Hacienda Pública” e impulsando proyectos de futuro como el soterramiento o el segundo puente.
“Fue un político diferencial en su época y ahora por las virtudes que atesoraba, su capacidad de trabajo, alejado de estridencias políticas y polémicas, siempre situado en el consenso y el servicio público”, sostuvo, por su parte, José Ramón Ortega, secretario general del PSOE de Cádiz.
“Es un gran referente para nosotros, y siempre demostró lealtad a las instituciones y respeto a la democracia”, añadió Blanca Flores, veterana dirigente socialista y actual subdelegada del Gobierno en Cádiz. No en vano, la Casa del Pueblo lleva el nombre de Carlos Díaz desde hace dos años y está presidido por su fotografía.
“Se ha ido un amigo, un compañero de partido, un buen alcalde, con gran humanidad”, resumió Manuel Chaves, el que fuera presidente de la Junta de Andalucía, que se desplazó a Cádiz para acompañar a la familia en la despedida.