En el caso de la patata, cuando es regada con aguas con arsénico este elemento aparece en una concentración hasta 35 veces más alta que en los cultivos que se riegan con aguas que no lo contienen, según el estudio publicado recientemente en la revista Journal of Environmental Monitoring.
Los científicos también han confirmado el impacto que tiene este tipo de aguas sobre plantaciones de remolacha, zanahoria y trigo.
“El objetivo del trabajo que hemos realizado es conocer el impacto de las aguas subterráneas ricas en arsénico sobre las tierras y cultivos de trigo, patata, remolacha azucarera y zanahoria”, explica en el trabajo Amelia Moyano Gardini, profesora de la Escuela Universitaria de Ingenierías Agrarias de la UVA.