Así lo detalló el presidente de la Sección de Biomasa de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), Manuel García, en su ponencia en el IV Congreso Internacional de Bioenergía, inaugurado hoy en Valladolid, y en el que se ha hablado de la importancia de esta fuente energética en el futuro modelo económico.
En la jornada de ayer, diferentes expertos y promotores de bioenergías debatieron sobre las dificultades que existen actualmente en España para que se desarrolle esta energía, derivadas de un marco legal cambiante, de la inseguridad en la obtención de materias primas a largo plazo y de la dificultad de obtener financiación para nuevos proyectos.
Según marca el Plan de Energías Renovables para España (PER), en 2010 la biomasa debería suponer el 47,78 por ciento de la energía producida a través de fuentes limpias, “algo que resulta imposible atendiendo a la falta de desarrollo del sector en la actualidad”, observó García.
Actualmente, en España existen 462 megavatios (MW) de energía biomasa en funcionamiento, una cantidad que supone el 35% del objetivo marcado en el PER.
De estos 462 MW, 360 proceden de industrias de pasta y papel o agroalimentarias que cuentan con una planta asociada en su proceso productivo, para el aprovechamiento de sus residuos, ha concretado el portavoz de la empresa de renovables Gestamp Ibérica, Alfonso Olivas.
El resto de la energía procede de proyectos dedicados íntegramente a la explotación de esta energía, “lo que da una idea de la falta de iniciativas privadas y de mercado en España”, agregó.
De seguir el ritmo de desarrollo actual, en el que se aumenta 1 MW al mes de producción de energía biomasa, España tardaría más de 50 años en alcanzar los objetivos fijados en el PER.