Se armaron de valor firmemente convencidas de que el cielo acabaría por entender y así fue
Se armaron de valor firmemente convencidos de que el cielo acabaría por entender y así fue. La Venerable Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, María Santísima de los Desconsuelos y San Juan Bautista pisó las calles de Chiclana a la hora fijada, a las siete de la tarde, a pesar de que había llovido, el cielo estaba encapotado y nadie aseguraba que no volviera a caer agua. Por si acaso, los plásticos se prepararon en el interior de San Telmo y estuvieron dispuestos durante todo el recorrido. De esta forma tan decidida actuó la hermandad de la mantilla, donde las mujeres son mayoría, sin miedo para dejar claro que en el Martes Santo las calles de Chiclana son de sus titulares. “Tenemos muchísimas ganas de salir y mostrar nuestros estrenos, sobre todo la primera fase del tallado del frontal”, señalaba la hermana mayor, Isabel Rodríguez, mientras su mente se debatía en si salir a la hora o retrasarla un poco. Los costaleros, penitentes y mujeres de mantilla se organizaron en el patio y los pasillos del colegio de los Agustinos, convencidos de que no se quedarían en casa.
De estreno
El mundo cofrade pudo ver el resultado del trabajo que poco a poco se deja notar en la canastilla del paso de Los Afligidos. “Si hubiera dinero, ya estaría terminado”, aseguró la hermana mayor.
El detalle
Antes de iniciar la procesión, Juan Manuel Alba cantó una soberbia saeta que dedicó a todos los hermanos costaleros.