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Campo de Gibraltar

“Quien está gobernando en el PP es la gente de la extrema derecha”

Miguel Alberto Díaz lleva un año como concejal del PSOE en la oposición. Valora con preocupación los derroteros de la política de Gobierno, y lleva a la práctica su pensamiento en la acción social como militante de CCOO o miembro de Barrio Vivo.

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  • Miguel Alberto Díaz -

Ocupa desde hace un año uno de los bancos de la oposición en el Ayuntamiento de Algeciras en las filas del grupo municipal socialista. A su posicionamiento político en la actual coyuntura de crisis generalizada, Miguel Alberto Díaz, histórico luchador campogibraltareño, le suma su batalla diaria callada como militante de CCOO y como miembro de Barrio Vivo. Concejal en el paro, su figura encarna como nadie la situación actual.

—Cada vez está creciendo más el clima de protesta...
—Yo creo que ha habido un error de explicarle a la gente que las cosas que se consiguieron no fueron por generosidad de nadie, sino que fueron conquistas del movimiento sindical, vecinal y del pueblo español, que hizo una transición democrática que fue ejemplar. Hemos sido capaces de vencer hasta el terrorismo de ETA. Cuando en Europa había un recorte de derechos, aquí se instauró ese cuarto pilar que era la Ley de Dependencia. Y eso lo hace un Gobierno de izquierdas, con el apoyo de la sociedad. No ha habido nada gratis. Todo ha sido a base de riñón, y eso ha costado cárceles y represión. Y hemos visto que en fracciones de segundo, por vía del BOE, alguien puede tomar una determinación. Y yo creo que no es la derecha, sino la extrema derecha, la que está gobernando ahora. Han ganado la batalla interna en el PP la gente de la derecha extrema, y no la gente que quiere el diálogo. Se han escorado con el apoyo de medios ultraconservadores, que han forzado la maquinaria. Se les ha ido la mano. El FMI dice ahora que se han pasado, y si la esencia del capitalismo dice que te has pasado, es que algo habrás hecho mal. El que está dictando las normas no es ni el propio Rajoy, que yo creo que ha perdido la batalla interna. Y la extrema derecha viene con hambre atrasada. Y no sólo están quitando conquistas de los trabajadores, sino que fueron con las ONGS, los parados,  el tema educativo, la sanidad, y ahora les ha tocado a los funcionarios. Yo creo que es tanta bajeza, que ya corresponde que este Gobierno tiene que dimitir. Porque no sólo no han cumplido el programa electoral sino que están llegando al nivel más bajo. La respuesta es contundente. Cuando los policías se quitan los cascos, los bomberos, la Guardia Civil, los militares, los taxistas, quieren privatizar los puertos, Renfe... Quieren que sus amigos se lleven el negocio que pueda haber en este país. Y luego son muy duros con los débiles, y con los fuertes, que son la gente que está blanqueando dinero, van a poder pasar por taquilla y pagar lo mínimo que se pueda y blanquear todo el dinero. Y cuando escuchas a Gutiérrez Luna decir que estas leyes van en contra del Estado de Derecho, una persona de su solvencia e independencia, pues lo que se ve es que no les queda ningún amigo. Los amigos que les quedan son gente que tiene mucho dinero y que lo quieren es seguir haciendo caja a pesar de las desgracias de la gente.
—Hay quien incluso plantea la necesidad de hacer una segunda transición...
—No. Yo creo que a algunos no les gustó la transición y lo que quieren es hacer una segunda recesión de derechos. Si ves los recortes, no se refieren sólo a aspectos económicos. Al final, volvemos a los años sesenta, ni a los setenta. Al final, va a poder ir a la Universidad el hijo del señorito, no ya del pequeño empresario o del autónomo, que ni para esos va a haber. Y veo el silencio cómplice de alguna asociación de comerciantes, y me resulta sospechoso. Gente que hacía mucho ruido, y que de la noche a la mañana están callados. Quieren que las personas mayores se mueran en las casas malatendidas. El avance que se dio con las personas con dependencia y las personas que las están cuidando, y las están desprestigiando para que vengan las empresas y se queden con la tajada de la Ley de Dependencia. Que una persona tenga que ir a diálisis y pagarse la ambulancia, las muletas, los collarines. Engañaron a los pensionistas, que le dijeron que le subían el 1% y al mes siguiente le subieron el 2% de IRPF. Son trileros de la política. Y a ver si el alcalde que está aquí en Algeciras, que es de los que con su mano derecha vota todas estas injusticias, a ver si no tiene contradicciones. O se pone al lado de la gente o se pone al lado de los que están recortando derechos.
—En la calle hay un hartazgo generalizado...
—Cuando me presenté con el PSOE dije que venía un sunami conservador. Y nadie me creía. No me he equivocado. Es más, me quedé corto. En cualquier caso, el PSOE ha hecho también cosas muy negativas para los trabajadores, como la reforma constitucional que se hizo. Y yo no tengo problemas, porque en una huelga general que se hizo, fui encabezando los piquetes. Yo no tengo contradicciones. Igual que ahora tengo toda la legitimidad, Y ahora llevo unos meses de militante de base, colaborando en el sindicato, porque a mi me gustan las causas perdidas, de los más débiles. Y como yo veo que el sindicato ha sido uno de los muros que ha hecho que los trabajadores avancen y que algunas políticas no se apliquen, pues entiendo que ahora hay que colaborar. Animo a que la gente trabaje en las ONG, en las asociaciones de vecinos, o protestando con el 15-M, pero la gente no se puede cruzar de brazos, porque lo que perdamos ahora nos va a costar generaciones recuperarlo.
—Pero el hartazgo ciudadano no entiende de colores políticos...
—Sí. Hay una hartazgo. Pero es contra todo. Porque si hay una institución que se salve, me lo dices. Los medios de comunicación o las asociaciones de vecinos, la Semana Santa… Yo creo que la gente ha aflorado lo que, cuando las cosas iban bien, nadie cuestionó. Y ha habido una catarsis colectivo. Y que tire la primera piedra el que no haya cometido errores en estos años. Pero hay gente con voluntad de solucionarlo, y los sindicatos lo están demostrando en las peleas contra los despidos. Los sindicatos están manteniendo la afiliación.
—Sin embargo, la gente cada vez vota menos y va menos a las manifestaciones, ¿no?
—Yo te puedo decir que yo he hecho todas las huelgas generales en el Campo de Gibraltar y jamás he conocido un piquete de 4.000 personas un domingo por la mañana. Lo que pasa es que hay muchos colectivos que, ante la tormenta, se ha metido en los soportales, y al final les han cogido. Hasta los jueces han decidido ir a las manifestaciones. Yo creo que todo el mundo tiene que hacer examen de conciencia, pero en términos constructivos, y ver qué podemos hacer para arreglar esto, y comprometernos. Yo me he comprometido. Aunque sea concejal, estoy cobrando el desempleo, y ahora hago el primer año. Yo nunca he dado un consejo a nadie que nunca me lo haya aplicado. Y yo he dado mi paso. Pero aquí todo el mundo se tiene que comprometer. Pero no sólo en las manifestaciones, sino colaborando con la asociación de vecinos, por la educación, por la sanidad. Eso es lo que hizo la democracia, que la sociedad civil se organizó.
—Pero da la sensación de que las movilizaciones no sirven para nada...
—Esa es la imagen que quieren dar Es verdad que quedan tres años para las elecciones. Tampoco se creía nadie, y menos los que iban a la cárcel y mataban, que un día iba a haber libertades. Pero la gente lo que no puede perder es la memoria, ni perdonar lo que están haciendo ahora con el BOE. Igual que hicieron con el PSOE. La conclusión es que tiene que haber una confrontación en la lucha social, en acciones judiciales, y que noten el aliento de la gente. Y soluciones hay, porque dinero hay. Que pongan a De Guindos, que era el representante de Lehman Brothers en España, es un insulto a la inteligencia del pueblo español. Que pongan de ministro de Defensa a alguien de la fábrica de armamento… Y lo que tiene que hacer la UE, en vez de dar dinero para los bancos, es darlo para el aparato productivo.
—En este contexto, ¿podría peligrar la gran industria del Campo de Gibraltar?
—Esto existe por razones geoestratégicas de la Bahía. Ya ocurrió con la crisis del petróleo, cuando hubo muchos cierres de empresas, el polígono de Campamento, las conserveras, el sector pesquero… y nos metieron en los juzgados y nos detenían, pero allí se luchó. Yo estoy convencido de que aquí hay potencial no sólo para la economía del Campo de Gibraltar, sino del conjunto de Andalucía. Pero que no nos lo pongan más difícil. Que no se le pueden poner ya más carreteras al puerto de Valencia. Hay overbooking de accesos al puerto de Valencia, y aquí tenemos siempre la carretera esta. Yo no digo que nos ayuden más de lo que nos corresponde, pero que no nos perjudiquen. Y, además, lo hacen en un momento en el que está en el aire la segunda fase de TTI. Es decir, lo están haciendo con saña, con ganas de hacernos daño.
—Usted participó en el acuerdo pesquero de 1999, ¿cómo ve ahora el conflicto actual?
—Creo que se están haciendo mal muchas cosas. Trajeron al rey, yo no sé para qué. Qué querían, ¿enfrentarlo con Gibraltar? Luego, los otros traen unos aviones. Esto es de episodio de Gila. Pero, el daño que están haciendo, tanto Picardo como Landaluce es muy grande. Se han juntado el hambre y las ganas de comer. Cuando hace doce años había incidentes, a mí me llamaban a las dos de la mañana. Y nadie se enteraba. Lo solucionábamos como hay que solucionarlo, con buena vecindad. Y el PP dijo entonces que se iba a limpiar el culo con el acuerdo. Ahora hasta han excluido a los sindicatos de las negociaciones. Es muy fuerte. Y yo creo que los dos están ahora en el mejor momento de popularidad. Y ahora están empezando los odios. Y así es como empieza. Así que todo el esfuerzo del trabajo que se hizo, lo están tirando por la borda. El problema es que si fueran responsables los políticos, habrían dejado que se llegara a un acuerdo sin ataduras de ningún tipo. Pero, claro, llega el ministro de Exteriores y lo primero que dice es Gibraltar español. Primero, que si llevan así 300 años, no lo vamos a resolver ahora. Y luego, que con los grandes problemas que hay en Algeciras o en La Línea, lo que deberíamos es llegar a un acuerdo con Gibraltar, y traer inversiones, y fórmulas para crear empleo. Lo que pasa es que no quieren. Cuando estuve dos años en Cádiz, el problema no es que se metieran con nosotros, sino que nos ignoraban. Cuánto más en Sevilla, en Madrid o en Bruselas. No hablan de nosotros. Nos ignoran. Entonces, hay que crear fuerzas, que es lo que hicimos.
—¿Cómo ve la posible supresión de Mancomunidad?
—Se está cuestionando todo. Y a mí me parece sospechoso, sabiendo que hay dinero, dar la imagen de precariedad de decir que no hay dinero para pagar. ¿No será la antesala para tomar una medida? O cómo es posible que la Diputación y la Mancomunidad, que son del mismo partido, no se pongan de acuerdo para pagar. A lo mejor es una hoja de ruta y está diseñado. Yo hace mucho tiempo que dejé de creer en la casualidad.
—Pero, ¿es necesaria la Mancomunidad?
—Es necesaria. La primera unión comarcal que se creó fue CCOO, UGT después, la Federación de Empresarios, la Cámara de Comercio, que ya estaba. Lo único que no tenemos que tengan Jerez y Cádiz es el Obispado, que tampoco nos hace falta. Y llegamos a acuerdos muy positivos. Y ha habido ejemplos, encabezados por Isabel Beneroso, de crear una mancomunidad de servicios, y ha puesto de acuerdo a todos los ayuntamientos. Y ese espíritu no lo podemos perder. Porque lo que perdamos se lo lleva Cádiz. Y a lo mejor quiere llevarse la Diputación para hacer una empresa grande de la provincia de Cádiz. Tenemos la Subdelegación de la Junta, un órgano de la AGE, son conquistas, y no se puede perder. Eso no es que nos lo quisieran dar. Eso fue una batalla que no se puede perder. Y hay mucha gente derrotista que está todo el día cabreado. Pero la verdad es que ese espíritu tiene que convencer a toda la clase política, sin depender de si están gobernando o no en otro lado. La principal barrera que nos separa es la barrera del sonido. Las reivindicaciones del Campo de Gibraltar no se escuchan. Nos cuesta la vida.

—¿Cómo valora el primer año de mandato del equipo de Gobierno de Algeciras?
—Hay que tener en cuenta que todo el mundo le ha echado la culpa de la crisis al que está gobernando. Y los ayuntamientos donde había un color pasó al otro, en todos los municipios del Campo de Gibraltar. Y se han cometido errores, como el de Tomás Herrera con el tema del catastrazo, que fue de juzgado. Y además, lo hizo a espaldas del partido y del propio ayuntamiento. Y eso se hizo mal. Ahora,con  esta mayoría absoluta, con personas que tampoco tienen mucha cultura en esto de la participación, pues han decidido hacer lo que les ha dado la gana. Y lo que decía José Luis Sampedro, es que a la gente le produce una parálisis. Por mucho menos, algunas asociaciones le han montado un pitote al PSOE. Y ahora no se escuchan algunos gritos cuando se están viendo cosas como las que estamos viendo.
—¿Cómo cree que está siendo la gestión municipal?
Muchas plaquitas, han ido a placa por mes. Y muchos pin, están acabando con todos los pin del Ayuntamiento. Pero yo creo que no se ha hecho nada. Ninguna inversión que no estuviera programada por dinero solicitado por el PSOE. Están haciendo obras, pero ninguna de la Administración Central. El alcalde no tiene agallas de ponerse mal con Madrid para pedir inversiones para el Campo de Gibraltar y Algeciras. Y, sin embargo, se pone muy valiente con la Junta. Se está confrontando Madrid y el Ayuntamiento contra la Junta. Ellos reivindican lo que ellos mismos están recortando. Este hombre tiene que tener un problema psicológico. Es muy fuerte. Llega a Madrid, recorta los derechos a la Junta, la Junta no puede ni pagar, y ellos reivindican que le paguen. Recuerde usted que ha estado de martes a jueves en Madrid haciendo la vida imposible a la Junta, sin traer nada para tu pueblo, y ahora resulta que le pides a la Junta lo que le quitas. Se está perdiendo calidad democrática. Sí es verdad que la Junta cometió el error de quitar la Oficina de Turismo. Pero aquí se han cargado la Fundación José Luis Cano, y no ha pasado absolutamente nada. Y algunos dirán que es culpa del pasado. Pero es que parece que el PP no ha gobernado nunca en Algeciras. Y el PA, igual, ha gobernado en la Junta, en la Diputación, en el Ayuntamiento y en la Mancomunidad. Y el PP, igual. Aquí parece que todo el mundo viene nuevo y los males son de otros. El PSOE ha cometido errores, pero aquí lo que se está perdiendo es calidad democrático. Y luego, lo que hay es un buen gabinete de espectáculos. Aquí se vende todo criticando a los demás. Pero, hay cosas, como quitarles a las asociaciones las tarimas. Si no están homologadas, pues homológuelas. Si se cargan el movimiento asociativo, qué queda. Me duele mucho que se den placas a Pereña y todo esto y luego se desprecie el movimiento asociativo. No se puede hacer una valoración cuando nos interesa de lo bueno que es el movimiento asociativo y luego negarle el pan y la sal. No vale. Yo intento hacer aportaciones, porque es lo que siempre he entendido. Pero el problema son las justificaciones y pensando todo el día en el titular del medio. Díganme algo que ya no estuviera en marcha, que sea iniciativa de este equipo de Gobierno. Nada. Un desierto. Meterte con uno y con otro, y acabar con todos los pin que había. Y unas veces viene un embajador de verdad, y otras veces viene uno que pasaba por allí. Pero, porque está en la comisión de Exteriores, y le dice vente conmigo, te hago una foto y te doy una plaquita.
—¿Hace alguna valoración positiva?
—La aportación de la gente. Ahora es el momento de sacar lo que tenemos dentro. Si yo estoy ayudando y puedo contribuir con mi aportación constructiva… El problema es que no hay nadie que escuche. Y en el poder, menos. Landaluce nunca ha sido pródigo en estar cercano a la gente. Está en las fiestas, pero en los problemas de la gente, no. Y creo que todo el mundo tiene que aportar lo mejor que tenga. La conclusión es que el Campo de Gibraltar tiene solución, pero tenemos que ser positivos con nosotros mismos. No podemos matar ninguna gallina de los huevos de oro que tengamos. Y es preciso que las instituciones aporten y ayuden. Yo me acuerdo que, cuando llegaron, decían que no iba a haber ni para pagar las nóminas, ni para la paga de Navidad, y ahora resulta que la paga la han quitado ellos. Había dificultades económicas por la caída de los ingresos, pero tan mal no estaba. Mal dejaron Juárez y Alejandro Sánchez La Línea.
—Acusan a la oposición de no trabajar y de no aparecer por ningún acto oficial...
—Si son los actos festivos, no. Si es a trabajar, sí. Yo no falto a ninguna comisión, ni a los Plenos. Pero si son actos que montan para su boato, no. Ellos sí tienen una disciplina a lo búlgaro, que tienen obligados a los concejales. El problema es de ellos, que tienen un cuartel más que un grupo municipal. Nosotros iremos a lo que sea necesario para el pueblo, y para colaborar con las barriadas. Y no hay pueblo que saque más santos que este. Y me parece muy bien. Pero no todo es Feria y Semana Santa. Yo quiero que tú me des competencia para poder trabajar. Si tú me quitas los órganos para que yo pueda trabajar, yo no puedo, y no he faltado a ninguna. Nosotros hemos ido siempre con propuestas. Pero para ir acompañando al alcalde en lo que quiera montar, no.
—¿Cómo ve el trabajo de saneamiento económico que se está haciendo?
—Sí va a significar quitarles derecho a los pensionistas del Ayuntamiento, no me vale. Es muy fuerte. Muchos se han ido con el mandato del PP. Mucha gente que se han jubilado sabiendo el alcalde que su partido iba a prohibir que hubiera complementos en 2012. Se filtran los salarios de tres o cuatro y no se dice que hay gente que cobra 90 euros, 200, otros 400 euros. Entonces, si es recortando derechos, así me cuadran las cuentas.
—¿Y la política cultural?
—De los actos que se han programado en verano, ¿cuántos son del Ayuntamiento?. Que no sea que tú les dejas la plaza de toros. Lo que pasa es que lo venden muy bien. Del Ayuntamiento no son ninguno. La política cultural, por ejemplo el tema de la Sánchez Verdú, se tenía que haber solucionado con diálogo.
—¿Y la política en asuntos sociales?
—Con los recortes en Madrid, cada vez va a haber menos competencias. Va a haber un día en que esto va a ser un parque temático. Recortas la Ley de Dependencia, las políticas antidroga… Gestionas porque hay competencias, y las competencias son dinero. Yo tengo una institución, y si no recibe ese dinero, no tengo competencias. Si cada día le vas quitando, habrá cosas que cada día van a tener menos competencia y menos dinero para desarrollarlo. Y Madrid lo tiene claro.
—¿Y el asunto del Llano Amarillo?
—Siempre he pensado que, cuando se tomaron las determinaciones, se optó por un gran puerto, y eso dejó que Algeciras dejara de tener frontal hacia el mar. Creó muchos puestos de trabajo, pero yo creo que la ciudad no puede perder su unión con el mar. El Llano Amarillo debe tener la utilización que se quiera menos la especulativa. Porque yo veo grandes diseños y concursos de ideas, y al final tenemos el Paseo Marítimo un poquito más adelante. Es decir, que no se pierda lo que es la esencia. Pero es que estamos hablando del Llano Amarillo y tenemos una explanada en El Rodeo y no se hace nada. Esas son las cosas que hay que desarrollar, pero no los intereses especulativos.
—De ese contexto de hartazgo general del que hablábamos, ¿se escapa Miguel Alberto Díaz?
—Creo que hay muchos políticos que se creen lo que hacen. Generalizar, como en todo, es injusto. Ni es oro todo lo que reluce ni es tan negro como lo pintan. Hay muchísimos funcionarios que se parten la cara todos los días. Estoy siendo infrautilizado por la institución, y yo, que soy como el agua, busco una salida, y estoy echando una mano en el tema sindical y en el social. Y todo el que me quiera, sabe que me tiene. Yo estoy preocupado y ocupado.

 

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