Diego González de la Torre asumió sus funciones en Ayuntamiento y Mancomunidad en los momentos más difíciles. Por un lado, asumió un urbanismo local marcado por la falta de inversiones inmobiliarias y con varias barriadas sin recepcionar; y por otro, se hizo máximo responsable de una entidad comarcal al borde de la desaparición. Su capacidad negociadora, en el primer caso; y un pionero Plan de Ajuste, en el otro, le han permitido salvar los obstáculos.
—Como edil de Urbanismo, ¿Cuáles han sido las principales pautas a seguir al actuar en barriadas ?
–Tenemos dividida la ciudad en tres partes: la zona norte, el centro y el sur, en las que se van acometiendo acciones de aglomerado (mejoras en el firme y el acerado) y obras globales (limpiezas de imbornales, conducciones...). Tenemos hechos estudios en toda la ciudad, con las carencias que tienen y con lo que se necesita reparar y se actúa en orden de prioridades. Así, por ejemplo en la zona sur se han afrontado acciones de aglomerado en San García, zona de Pescadores, El Saladillo...y ahora se va a seguir trabajando en el Cortijo Real; en la zona centro, se han reparado diversas calles, como un tramo hundido en la calle Sevilla, o todo lo que es la zona del Mercado y la zona baja. Hay que recordar, por ejemplo, que la calle Teniente Riera estaba en muy mal estado. En la zona norte, se ha actuado en Colonia San Miguel, El Rinconcillo, El Acebuchal...
—La avenida de la Diputación y la calle Misioneras Concepcionistas, ¿en qué estado se encuentran?
–En el caso de Misioneras Concepcionistas, obligamos a que la Junta de Compensación contratase un estudio geotécnico, con el que se determinó el problema, que al construirse la autovía se produjo el desprendimiento, y con ello acudimos a Carreteras. A partir de ahí, llegaron reuniones en Sevilla, con Demarcación de Carreteras, y en Madrid, en las que el alcalde ha jugado un papel fundamental. Así, hemos conseguido que se hagan cargo de ello. Ya han empezado a completar ese estudio geotécnico. La empresa que lo hace ya está asignada y esas obras comenzarán pronto. Al respecto de la Avenida de la Diputación, necesita cambiar todo el saneamiento, pero eso es una obra de más de dos millones de euros. Ahora mismo tenemos otras prioridades, como es el colector de la Cuesta del Rayo. Lo que hicimos es ponerle un firme nuevo.
—¿Qué objetivos inmediatos de actuación tiene su departamento?
–Una de las acciones pendientes es la que se va a acometer en la calle Buenaire, que se va a hacer completa, lo mismo que muchas otras zonas incluidas en los presupuestos de este año. También tenemos ahí la ordenanza sobre el barrio de San Isidro, con la idea de poner una serie de exigencias que permitan conservar el tipismo de la misma. Quedan pocas barriadas típicas de Algeciras. Se han hecho verdaderas atrocidades desde el punto de vista urbanístico. Otro proyecto importante que tenemos es una colaboración entre el Ayuntamiento y la Escuela Politécnica para hacer un estudio completo de la ciudad por parte de los estudiantes, dentro de su programa de prácticas. Con ese estudio, se sabrá la situación actual de cada rincón de la ciudad, todo eso para tener una base de datos más completa y después hacer esa planificación de conservación y mantenimiento.
—¿Acabarán en plazo las obras de la Zona Franca y el edificio del Campus?
–Naturalmente. Son dos edificios que le van a venir muy bien a la ciudad, y le digo que no sólo van en plazo, sino que pueden estar antes de lo previsto.
—Respecto a la polémica del edificio Escalinata, ¿ha habido novedades?
–No. De momento, está ahí. Clausuramos las oficinas en cumplimiento de la sentencia, y después iniciamos el proceso para la demolición del edificio en ruinas. Con los vecinos hubo una serie de conversaciones. Prestamos toda la colaboración por parte de los técnicos, pero no la han hecho. O no les interesa en este momento o no tienen medios.
—La oposición pone en duda que puedan sufragar la obra de los colectores con ingresos de Urbanismo...
–Los presupuestos los hacemos para cumplirlos. Hay una serie de carencias heredadas de la gestión anterior, por lo que deberían ser más comedidos. Nosotros, cuando decimos que vamos a hacer una cosa la hacemos. No hacemos un presupuesto de unos días y después nos escondemos para no dar la cara. Cuando se trabaja y se cumple, se va por la calle con muchísima más tranquilidad.
—Aún tienen varias zonas de la ciudad sin recepcionar. ¿Creen poder solucionarlo antes de que acabe este mandato?
–Yo espero que si. El Ayuntamiento no puede acometer una obra que no nos corresponde, aunque después tengamos que hacerlo por ejecución subsidiaria. Pero de ser así, tiene que ser cumpliendo la legalidad y habiendo dado los pasos precisos para que el Ayuntamiento pueda, en algún momento, cobrar esa ejecución. Tuvimos la experiencia de La Ermita. La Junta de compensación decía que estaba recepcionada de hecho porque estaba abierta al tráfico, pero sin embargo no estaba hecha la urbanización. Cuando empezaron a llegar expedientes disciplinarios y que lo tenían perdido, negociaron. Ocurrió un caso parecido con la Plaza Verboom. En la Zona de Alamillos, una de las primeras cosas que hizo este gobierno es propiciar que se constituyese la Junta de Compensación. Ahí están, esperando y viendo el momento de continuarla, que está al 55%. También tenemos un frente abierto en Pajarete, sobre todo en Mirador de la Bahía; y también en las Lomas del Cobre. En las Lomas, la entidad bancaria se iba a hacer cargo, pero estas viviendas han pasado al banco malo. En Mirador de la Bahía, creíamos que la responsabilidad era de la promotora, y al final la vendieron a Echevarría, con la carga de urbanización. Hay que darles los plazos legales. La administración es lenta en ese aspecto.
—¿Veremos pronto nuevas urbanizaciones en Algeciras?
–Estoy convencido de que el dinero existe, pero aquel que tiene dinero para invertir lo que prefiere es ver el momento propicio para hacerlo. Ese momento puede llegar pronto. De hecho, aquellos inversores que se sitúen pronto en la línea de salida, serán los primeros en ver los frutos. Hay lugares en Algeciras propios para invertir, pero el tema de la vivienda está en manos de los bancos, porque hay que ver qué ocurre con esas viviendas que tienen en propiedad.
—¿Hasta dónde llegan las competencias municipales en materia de Patrimonio y en qué situación se encuentran los inmuebles catalogados?
–Hoy en día, la herencia de un edificio puede estar envenenada, sobre todo si es una vivienda que está catalogada, porque tiene una serie de restricciones, y los créditos para rehabilitaciones no fluyen. Nosotros, desde Disciplina Urbanística, velamos para que no haya peligro de hundimiento y desprendimientos. Querríamos ver edificios emblemáticos como la Casa Millán o la Suit de las Cortinas en excelente conservación, pero la situación de los propietarios es complicada. Ojalá hubiese algún programa de ayuda o subvención para la conservación de patrimonio de la Junta de Andalucía. Por otra parte, cuando se hizo el catálogo, posiblemente se obró con excesivo rigor.
—Hablando ahora de la Mancomunidad, y tras las dudas planteadas acerca de su futuro, ¿está garantizada su viabilidad?
–Sí, está garantizada porque ya hay una viabilidad refrendada por el Ministerio. Todo lo que íbamos acometiendo nosotros, con al reducción del coste político y la supresión de cargos de confianza, se han ido incorporando a la Ley de Régimen Local del Gobierno. Después, hemos llegado con el plan de pago a proveedores y conseguido sanear y salir de ese atolladero. Con ello, ahora mismo, la Mancomunidad goza de buena salud.
—¿Y de qué salud gozan el pacto de gobierno (PA) y el de servicios (PSOE)?
–En cuanto al pacto de gobierno, se trata de dos partidos y cada uno tiene su independencia. Es público y notorio que, siendo socios de gobierno, se han abstenido o votado en contra y se ha dado la paradoja de que a lo mejor el PSOE ha votado a favor. Luego está el pacto por los servicios. Efectivamente, cuando se hizo, se vio que empresa de servicios no puede someterse a vaivenes por el color político que gobierne. La muestra de que va bien es que hemos visto huelgas de basura en zonas próximas, pero no en la comarca.
—¿En qué beneficia a los ciudadanos que esos servicios los preste Mancomunidad y no los ayuntamientos?
–Salvo en Algeciras, que es más potente por número de habitantes, y que tiene su propio servicio de recogida de residuos, aunque el tratamiento lo hace Mancomunidad, otros ayuntamientos tienen muchas dificultades o les resulta imposible hacerse cargo de estos servicios. Como prueba, el Ayuntamiento de La Línea, donde la empresa que lo llevaba lo abandonó de la noche a la mañana y se fue. En San Roque, ocurrió lo mismo; en Los Barrios, casi. Con Arcgisa, hay una economía de escala: a mayor capacidad de servicio, menor coste. Además, tenemos bonificaciones, que no se utilizan en la medida que están hechas, quizás por falta de conocimiento de los ciudadanos, pero también los tienen que dar a conocer los ayuntamientos, además de las campañas que nosotros hacemos.
—¿Seguiría al frente de la Mancomunidad y sus delegaciones municipales en otro mandato?
–Estoy a disposición de lo que diga el Partido Popular, tanto en el caso del presidente local del PP. Estoy satisfecho con el trabajo que se está realizando. La dedicación política necesita voluntad, dedicación y no mirar el reloj.