El emocionante final, en la modalidad reina, el freestyle, del Mundial de kitesurf de la PKRA, en categoría femenina, llega empañado por la polémica. La inconclusa prueba de Pingtan marca la cita que desde ayer reúne ya en Haikou a los mejores del mundo. Gisela Pulido necesita el triunfo en esta última cita, así como en la repetición de la superfinal de la prueba anterior para proclamarse campeona del mundo por décima vez.
Los participantes llevan dos días entrenándose en la costa china a la espera de que las condiciones de viento sean las adecuadas. La previsión para hoy es favorable y todo indica que se podrá celebrar esa superfinal aplazada.
La cita anterior acabó sin ganadora femenina. Tras dar a Gisela la victoria en la superfinal (desempate), le comunicaron que debía repetirse porque no habían visto una de las maniobras de la polaca Karolina Winkoska, con la que empataría en el liderato de la general en caso de haber ganado. En especial, denuncia las puntuaciones que le han dado durante el campeonato y, en especial, en esta última cita.
A través de su cuenta de Facebook la tarifeña estalló: “Nos vamos de Pingtan sin un resultado oficial del evento. Ayer en la doble eliminatoria perdí la final contra Karolina, así que tuvimos que hacer la 'superfinal' para desempatar. Tras haber anunciado el resultado de que yo era la ganadora, me dijeron que se habían perdido uno de los trucos de Karolina y que era una maniobra potencial para cambiar el resultado, así que necesitaríamos repetir la manga”, dijo.
Desafortunadamente, prosige, “al salir del agua me corté el pie bastante profundo, lo que hoy me impedía estar al 100%. Finalmente el comité de la PKRA ha decidido posponer la manga a la siguiente y última prueba del Mundial”.
La tarifeña afirma que quiere “ser honesta con todos vosotros. Ya no puedo más. No estoy de acuerdo con ninguna decisión que se ha tomado, con las puntuaciones injustas durante todo el año y especialmente aquí en Pingtan”.
Polémicas al margen, la última prueba del calendario, en la isla china de Hainan, llega cargada de emoción, si bien la duda de la sospecha planea sobre la PKRA, que parece cansada de que la tarifeña imponga su superioridad año tras año.