Toda lucha tiene recompensa. Desde que se iniciara el curso escolar en el CEIP (Colegio de Educación Infantil y Primaria) Isabel la Católica de La Línea, varios padres con hijos con distintas necesidades, no cesaron en su insistencia y su lucha en que se dotara de un monitor para atender a sus hijos.
David, con un hijo en cuarto de Primaria, Saúl, que tiene atrofia, enfermedad produce degeneración y pérdida de las neuronas motoras inferiores en la médula espinal y en los núcleos del tronco encefálico; y Salvador, que tiene un hijo con autismo en Infantil con tan solo tres años, fueron los dos padres que, con sus respectivos casos, dieron a conocer la problemática que se sufría en el centro educativo.
El conflicto comenzó cuando a finales del curso pasado, el antiguo monitor se jubilara, por lo que su plaza quedaba libre y debiera ser reemplazada por otra persona, pero no fue hasta ayer, con el curso ya iniciado, cuando los mismos padres y fuentes de Educación, confirmaron que el monitor ya había sido informado de que tenía plaza en el Isabel la Católica, incorporándose en el mismo día de hoy.
Asimismo, los padres expresaron su malestar debido a la tardanza en cuanto a la llegada “si saben que el curso pasado la antigua monitora se jubilara, ¿por qué hemos tenido que esperar hasta estas fechas, es que no ha habido tiempo para buscar un sustituto? Porque al final quienes pagan son nuestros hijos”.
Finalmente y con el mal trago del inicio de curso, los pequeños podrán ir al colegio y realizar sus tareas escolares en el centro con la ayuda de un monitor y como cualquier otro alumno más.
Pequeños con necesidades especiales
Además de Saúl y Pablo, en el mismo centro educativo hay alumnos con TGD (Transtorno Generalizado del Desarrollo): que se trata de un conjunto de alteraciones caracterizadas por retrasos en diferentes áreas del desarrollo, como las habilidades para la comunicación y la interacción social que inciden en los comportamientos de los niños.
Por ello, aunque los pequeños cuentan con un pedagogo y logopeda, necesitaban urgentemente la ayuda de un monitor que les apoyara tanto en el día a día como a realizar sus necesidades primarias, ya que con la ausencia del mismo, tenían que ser los mismos padres o algún familiar quienes se desplazaran al centro a atenderlos.
Educación lo trató como "prioritario"
Educación, perteneciente a la Junta de Andalucía, aseguraron, tras la publicación por parte de VIVA CAMPO DE GIBRALTAR del caso de Saúl, que “ la plaza de monitor del CEIP Isabel La Católica quedó vacante tras el concurso de traslados del personal de la Junta de Andalucía y se cubrirá, lo antes posible, a través de un nuevo procedimiento. Es nuestra prioridad”, manifestaron.
Plaza adjudicada
Debido a las constantes quejas de los padres afectados, Educación confirmó “ya está nombrada la persona para cubrir esta plaza de monitora, están en los últimos trámites de la contratación y hay que realizar los procedimientos oportunos”.
Por otro lado, y aunque la incorporación del nuevo monitor ya es una realidad, los padres continuarán con la lucha para que se respete los derechos de sus hijos, “lo que hace falta es un monitor más, vamos a seguir peleando porque respecto al número de niños con necesidades, parece que tenemos derecho a que se nos ofrezca otro monitor más”, concluyeron.