Con tan solo 28 años, Fede Díaz se ha convertido en el concejal más joven de la Corporación municipal de Chiclana. Periodista de profesión y político de corazón, este joven enérgico y de carácter ya soñaba desde pequeño estar en primera línea en la política municipal. Ahora afronta el reto de llevar las delegaciones de Comunicación, Fiestas y Mercado. Un gran sueño cumplido, pero mucho trabajo por delante, así describe Fede sus próximos años en el Ayuntamiento.
¿Cómo llegó la política a su vida?
–Desde muy pequeño. Recuerdo, que ya en el colegio, con unos 9 o 10 años, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor decía que alcalde de mi pueblo, Chiclana, o concejal. En mi casa era habitual ver debates y análisis políticos en la tele, además, mi padre siempre ha tenido la costumbre de leer la prensa de la provincia todos los días, donde leía temas locales y siempre me interesó la política municipal, el cómo resolver asuntos de mi ciudad, escuchar a los vecinos y que estos se sientan atendidos.
Entonces, ¿siempre del PSOE?
–Por circunstancias de la vida, conocí a José María Román desde niño, me encantó la implicación que tenía y tiene por Chiclana, el dejarse la piel día a día. También el PSOE ha sido el partido que más veces ha gobernado en la ciudad, y me gustaban las políticas que llevaban a cabo, porque el PSOE siempre le ha venido muy bien a esta ciudad. Entré muy joven en Juventudes y José Vera, que entonces era el secretario, me empezó a mostrar y yo comencé a tomar consciencia de lo que era la ideología de partido. Comencé a leer la prensa a diario y a interesarme por los temas orgánicos del partido. Estaba en edad de descubrir, y como todo en la vida nada es 100% una cosa o la otra, pero me di cuenta que me sentía más cómodo en la posición del PSOE, porque veo que es un partido más cercano al pueblo y a las necesidades de los vecinos.
¿Cómo ve que entienden la política los de su generación, los ‘millennials’?
–Los millennials, por desgracia, hemos tenido que conocer la política marcada por momentos muy complicados, por ejemplo, la crisis del 2008 y posteriores, y eso ha generado mucho malestar y apatía. Si es cierto que ahora se están retomando otra vez políticas que están atrapando a los más jóvenes, sin ir más lejos, la decisión de meter a gente joven en las listas por parte de José María me parece un gesto muy valiente, porque nosotros podemos ver las cosas desde otras perspectivas y que sumado a otras generaciones, podemos abarcar más.
En su entorno más cercano, ¿están acostumbrados a esa faceta más política?
–Claro, he estado cuatro años en el gabinete de prensa de Alcaldía, la gente me relaciona con el alcalde, sabe que es lo que me gusta. Me formé como periodista porque pensé que era lo que podía favorecerme en un futuro, pero en mi cabeza siempre ha estado la política municipal. Ahora que lo he conseguido, mis aspiraciones son las de realizar las labores de las delegaciones encomendadas y hacerlo lo mejor posible.
¿Cree que casa bien político y periodista?
–El periodismo está muy desprestigiado, es una labor que no está pagada, se echan muchas horas y tampoco se valora como se merece y, además, tenemos la connotación negativa de que el periodismo lo puede ejercer cualquiera, se ve en muchos medios que con la palabra colaborador ya se ven periodistas, existiendo muchos profesionales con preparación académica que podrían ejercer esa labor y están en paro. Por tanto, me parece bien que dentro de la política cada vez se vea con más normalidad que un periodista pueda ocupar espacios que históricamente se les han negado. Este año, en las listas municipales, éramos muchos los que estábamos en la otra trinchera, como es el caso de mi amiga Pepa Pacheco en San Fernando.
¿Y no cree que si sale de política, como periodista, se le cerrarían muchas puertas?
–No debería ser así. Tú conoces un caso muy cercano, al final la profesionalidad, la forma de hacer con honestidad y respeto su labor, demuestra que te van a querer siempre. Quizás en alguna empresa si pongan ese hándicap de estuvo en tal partido, y quizás se cierren puertas, pero con un buen currículum se abren otras.
¿Se ve en política toda la vida?
–Yo sé dónde estoy ahora, y no me cuesta venir a trabajar, al revés. Intento avanzar todos los días para no defraudar a mi pueblo y al alcalde, que ha confiado en mí. El tiempo será el que decida, lo que sí sé es que yo quiero Chiclana.
¿Con qué político se tomaría un café?
–Con José Luis Rodríguez Zapatero. Ha sido un presidente que tuvo que gestionar situaciones muy complejas, y que consiguió grandes avances sociales.
Por último, ¿el mejor consejo de un compañero?
–Todos me han dicho que no me agobie al principio, pero me quedo con el de Cándida Verdier, que no tenga miedo.