Es tanto lo que se juega Andalucía con el BREXIT que no nos podemos permitir ninguna disidencia, ninguna diferencia de criterio que debilite nuestra posición ante la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Dado que la ruptura es ya inevitable, se requiere afinar la maquinaria para evitar fugas de energías que perjudiquen los intereses de una comunidad que, sin duda, será la más afectada por esta circunstancia. Prácticamente, todos sus sectores productivos se ven alcanzados por una medida que va a sacudir la propia estructura europea, en general, y en particular, para nosotros, unas importantísimas relaciones socioeconómicas que van desde el próspero negocio del Turismo, pasando por la industria aeronáutica y, en especial, por su relación con Gibraltar.
Oficialmente, unos diez mil españoles tienen su empleo en la Roca, dato que por sí solo habla a las claras de la dependencia que tiene la comarca de este recinto. Hay coincidencia en admitir que quien más se la juega es, precisamente, Andalucía. De hecho, hasta ahora todos los pasos que se han dado por la parte española, han otorgado su sitio a los representantes tanto de la comunidad como de los municipios campogibraltareños. Así debe seguir afrontándose el inquietante periodo que se acomete por lo que hay que trabajar, más que nunca, de forma muy coordinada, teniéndose en cuenta a todos y evitando personalismos innecesarios u olvidos lamentables con respecto a la zona Cero de este conflicto como es La Línea.
Así las cosas, solo cabe desear la mejor de las suertes para nuestros gobernantes en el momento delicado de la negociación que nos aguarda. Pero, sobre todo, lo sucedido debe servir, de una vez para siempre, para establecer fórmulas alternativas que aseguren el porvenir económico de un territorio andaluz tradicionalmente olvidado y castigado por la desidia y las falsas promesas.
