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Córdoba

El Reina Sofía incorpora un tratamiento no invasivo que evita el temblor esencial

Elimina en su totalidad o en gran parte el temblor, los conocidos como trastornos del movimieno, que padecen pacientes de enfermedades neurológicas

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  • Hospital Reina Sofía -

 El Hospital Universitario Reina Sofía, de Córdoba, ha incorporado un tratamiento no invasivo que elimina en su totalidad o en gran parte el temblor, los conocidos como trastornos del movimieno, que padecen pacientes de enfermedades neurológicas que afectan a su calidad de vida.

Hasta el momento, desde que comenzó a funcionar en noviembre de 2022, con el HIFU (High Intensity Focal Ultrasound, por su denominación en inglés), se han tratado doce pacientes, ocho hombres y cuatro mujeres, con una edad media de 71 años, según ha informado este viernes en una rueda de prensa la jefa del Servicio de Neurología del centro hospitalario cordobés, Mayte Cáceres.

De ellos, nueve han experimentado la eliminación completa del temblor y tres una reducción de hasta el 70 por ciento, según ha puesto de manifiesto la consejera Salud y Consumo, Catalina García, para quien con la incorporación de una mejora en el Sistema Público de Salud "pocas veces se puede ver y los pacientes pueden experimentar un cambio tan importante".

García destacó que con esta puesta en marcha Andalucía se suma a los servicios públicos de las otras cuatro comunidades autónomas que han desarrollado esta técnica, Madrid, Galicia, Cataluña y País Vasco, al tiempo que consideró preciso poner en valor "cómo se va modificando el Sistema, no solo con infraestructuras, sino también con tecnología y como la de hoy, que viene a cambiar la vida de los andaluces".

La directora gerente del hospital, Valle García, concretó que tan solo son otros cuatro centro privados los que desarrollan este tratamiento en España, en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra.

Para la máxima responsable del centro, "ha sido un trabajo duro, de mucho tiempo", fruto de un proyecto que contemplaba no solo la implantación de la tecnología necesaria dentro de la resonancia sino "el circuito completo de atención del paciente, que creo que es lo que más valor tiene".

Para Mayte Cáceres, que también es responsable de las consultas de terapias avanzadas en trastornos del movimiento en el Hospital Universitario Reina Sofía, el HIFU es un "tratamiento poco invasivo muy novedoso, especialmente en Andalucía", que "consiste en realizar una lesión en una zona del cerebro que sabemos que está implicada en la producción del temblor, para lo que se utilizan ultrasonidos focalizados de alta intensidad guiados por resonancia magnética".

Para ello, explicó que "previamente a que el paciente reciba el tratamiento, debe ser evaluado en las consultas de terapias avanzadas, donde se determina la refractariedad del tratamiento, del temblor a los tratamientos convencionales y el impacto que el temblor tiene en la calidad de vida de los pacientes".

"En general son pacientes que tienen mucha dificultad para realizar actividades básicas como comer o escribir debido al temblor", subrayó.

Cáceres concretó que "una vez realizados los estudios clínicos, el paciente es valorado por un equipo multidiscilplinar", en el que se encuentra la que fuera consejera de Salud en el Gobierno de Susana Díaz, Marina Álvarez, cuando la actual consejera era portavoz parlamentaria del PP en la materia, quiso poner de relieve Catalina García.

El equipo, dijo la responsable de Neurología, "compuesto por facultativos de Neurología, Neurocirugía y Neuroradiología, determina la idoneidad del caso y, si es un buen candidato clínico y radiológico, se procede a planificar el tratamiento, indicado en pacientes con temblor esencial refractario y con enfermedad de Parkison, siempre que el temblor sea el principal síntoma o el síntoma incapacitante de la enfermedad".

Para el paciente, que recibe el alta el mismo día o en las siguientes veinticuatro horas, "es un tratamiento que no es invasivo, con lo que se evita tener que realizar craneotomía y colocar dispositivos intracraneales, está despierto durante todo el procedimiento, lo que permite observar la mejoría del temblor, que es inmediata tras recibir el tratamiento".

Además, señaló la responsable de Neurología del centro sanitario cordobés, "los efectos adversos que pueden aparecer son transitorios y están en relación con que alrededor de la zona de la lesión puede aparecer una inflamación".

Mayte Cáceres puso en valor el hecho de que el Hospital de Córdoba puede recibir pacientes de cualquier lugar de Andalucía o del resto de España y de que en el proceso participa un equipo multidisplinar en que, además de médicos, interviene personal de enfermería y técnicos de radiodiagnóstico.

A su juicio, "supone un avance en el manejo de patologías complejas donde la suma del conocimiento de los diferentes profesionales, ofrece una oportunidad en la mejora de la calidad de vida de las personas y supone un ejemplo de la traslación de la investigación y los avances tecnológicos hacia la población, permitiéndole recuperar salud y autonomía".

El primer paciente en recibir el tratamiento a base de ultrasonidos focalizados de alta intensidad fue Domingo García García, un taxista jubilado, natural de Monturque aunque con medio siglo de residencia en Córdoba, de 79 años, cuyo problema con los temblores comenzó a los 48 años, y que ha recobrado la capacidad de utilizar con normalidad la mano derecha, después de tener que aprender a realizar cuestiones esenciales para la vida, como el comer, con la mano izquierda.

"No soy zurdo, pero me tuve que adaptar a la mano izquierda, porque es la que tenía mejor, la derecha estaba hecha un desastre", dijo hoy durante la presentación del avance.

Para él, "con la enfermedad esta, adaptarme a comer con la mano izquierda, me vi y me deseé”, confesó. Ahora ha vuelto a hacer bricolaje, una actividad con la que se distrae y se relaja. "Estoy estupendamente", subrayó. 

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