Este 24 de octubre, día del arcángel San Rafael y festivo para los cordobeses, se está celebrando lleno de novedades pues a los tradicionales 'peroles' casi les llega el aroma de las miles de flores que brotan en los patios cordobeses dejando una estampa más primaveral que propia de la estación actual.
Y es que mientras se "averigua" el arroz, "vamos a dar un paseo por la Ribera para ver algún patio" comentaba este mediodía Rafael Sánchez, un jubilado de 72 años que celebraba con su familia su onomástica en El Arenal, nuevo emplazamiento habilitado este año por el Ayuntamiento de Córdoba para los típicos "peroles" -como se conocen a las tradicionales barbacoas en Córdoba- y que queda cerca de algunos de los espacios de Flora, el I Festival Internacional de las Flores, que ha llenado de primavera ocho casas patio de la ciudad.
Una Córdoba que hoy vive un 24 de octubre festivo, en honor a su Custodio, ya que aquí la onomástica patronal, a San Acisclo y a Santa Victoria, está eclipsada por el culto popular al arcángel custodio de la ciudad.
El historiador gerente de la empresa "Érase una vez Córdoba", Teodoro Fernández, en sus rutas "Leyendas de Córdoba" explicando detalles anecdóticos de la ciudad, cuenta la particularidad de que es "la única diócesis de España que tiene el día de San Rafael el 24 de octubre siendo festividad local" porque la ciudad logró el permiso eclesiástico que permitió dedicar este día en exclusiva al custodio, cuando los tres arcángeles, San Rafael, San Miguel y San Gabriel, compartían onomástica el 29 de septiembre.
Asimismo, el divulgador del patrimonio señala la curiosidad de suscitan las historias sobre San Rafael para los forasteros, sobre todo "para los visitantes más viajados y con más conocimiento histórico" a quienes, al pasar por la estrella calle Juramento, donde se halla la Iglesia del Juramento de San Rafael, "se entusiasman al escuchar el relato", recogido en "Paseos por Córdoba", el libro de referencia de la historia de Córdoba escrito por Teodomiro Ramírez de Arellano en el año 1873, que cuenta que en la madrugada del 7 de mayo de 1578, San Rafael se le apareció a un sacerdote conocido como "Padre Roelas" y le dijo: "Yo te juro, por Jesucristo crucificado, que soy Rafael, ángel a quien Dios tiene puesto por guarda de esta ciudad".
¿Qué relación guarda la festividad con la tradición de hacer "peroles"? Fernández lo desconoce pero explica que "el buen tiempo de la ciudad ha motivado a las familias desde siempre a pasar el domingo en el campo, compartiendo comida y pasando un día agradable", por lo que aprovechando la festividad local, los cordobeses cogen sus peroles para guisar arroz que además, como manda la tradición se come con 'cuchará' y paso atrás; directamente del perol, nada de platos individuales.
Una tradición que este año se ha visto modificada en parte por la prohibición de la Junta de Andalucía de hacer fuego en el parque periurbano de Los Villares, en plena Sierra Morena cordobesa, donde miles de familias se reunían cada 24 de octubre.
Este año el Ayuntamiento ha dispuesto la explanada de El Arenal, ubicación de la Feria de Mayo, para que los cordobeses acampen con sus neveras y sillas de cámping y también ha facilitado hasta 10.000 kilos de leña para poder hacer las fogatas de la comida.
Aún así, los más 'cordobitas' no han abandonado el enclave típico de este día, y "aunque sea con la tortilla y los filetes en el táper, nosotros venimos a Los Villares" ha comentado Rafael Guerra, que con su familia ha ido a festejar su santo.
Como curiosidad, y a pesar de las tendencias de nombres menos tradicionales Córdoba cuenta con 241.594 hombres llamados "Rafael" (el 58,1 por mil de toda España) y con 28.390 mujeres denominadas "Rafaela", eso sí la media de edad de estos señores es de 50 años para ellos y 63 para ellas.
Y aunque las nuevas generaciones no mantengan tanta incidencia en el nombre, la jornada de hoy, niños, mayores y abuelos acampan en El Arenal mientras que por el Puente Romano, con su estatua del custodio de la ciudad, acoge a otros tantos visitantes embriagados por las flores de un otoño más bien primaveral.