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Malestar en La Cartuja

Ante las quejas de Mel por el mal estado del césped, el presidente verdiblanco, Miguel Guillén, confirma la alternancia de los entrenos con el Benito Villamarín y la Ciudad Deportiva Luis del Sol

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  • Cambio de planes -

La noticia saltaba durante la tarde de este lunes en el estadio de La Cartuja. Mel, que regresó al trabajo con sus jugadores tras el encuentro frente al Zaragoza en el nuevo emplazamiento citado a causa de las obras de la Ciudad Deportiva Luis del Sol, no tardó en hacer visible sus quejas por el estado del césped del complejo donde se estuvieron ejercitando con aspavientos y constantes síntomas de protesta ante la mala condición del terreno de juego.

El presidente de la entidad verdiblanca, Miguel Guillén, presente a lo largo del entreno, fue testigo directo del enfado del técnico verdiblanco frente a los más de 300 aficionados béticos y medios de comunicación asistentes. Asimismo, los futbolistas tuvieron su particular visión de las condiciones en las que debían entrenarse mientras se ejercitaban en el mismo. Tanto es así, que incluso dos de ellos, Salva y Agra, tuvieron que retirarse antes de tiempo de la sesión vespertina amén del descontento que instantes más tarde en sala de prensa quiso reflejar en suma el delantero Jorge Molina.

Sin hacerse esperar y dada la recupercusión informativa que había adquirido el hecho en cuestión; Guillén atendía a la prensa registrada para la cobertura del entrenamiento confirmando la decisión que se fue barruntando durante la tarde; de ir alternando los entrenamientos en La Cartuja, el Benito Villamarín y la Ciudad Deportiva siempre que la situación lo permita: “Como dijimos en un principio, mientras tengamos la posibilidad de hacerlo iremos rotando los entrenamientos entre las tres instalaciones. Tenemos un abanico de posibilidades y en cada momento elegiremos lo mejor para el equipo. Estaremos rotando en función de las necesidades del equipo y de los campos”.

El máximo mandatario bético quitaba hierro al asunto del malestar de Mel y ahondaba en el estado del césped, según él, una tesitura que no ha pillado al club por sorpresa: "Contábamos con que el césped se había tratado, pero este estadio no ha tenido un uso diario. Hemos visto las zonas que estaban un poquito peor para darle el tratamiento adecuado. Tras un día de entrenamiento intenso lo vendrán a tratar en las mejores condiciones”, aseveraba.

Inesperado o no, el Betis deberá ejecutar soluciones rápida a un serio problema.

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