Unas 100.000 personas han cruzado la frontera entre Kirguizistán y Uzbekistán huyendo de los enfrentamientos en el primero, y otras 300.000 se han convertido en desplazados internos en su propio país.
El llamamiento de la Cruz Roja tiene por objetivo ayudar durante seis meses a 24.000 kirguís.
“La situación humanitaria es muy preocupante. Miles de personas necesitan urgentemente comida, agua, alojamiento y asistencia médica. Se impone una intervención a la mayor brevedad posible para evitar que haya epidemias”, alertó.