La mayoría progresista del TC impuso su mayoría, resultante del nuevo reparto de fuerzas tras la entrada de los cuatro magistrados del Senado.
La mayoría progresista del Tribunal Constitucional impuso su mayoría, resultante del nuevo reparto de fuerzas tras la entrada de los cuatro magistrados designados por el Senado, y eligió ayer a dos miembros de ese sector, Pascual Sala y Eugeni Gay, presidente y vicepresidente de este órgano.
De hecho, la minoría conservadora –cuatro de los once magistrados que componen el pleno, ya que la vacante causada por la muerte en 2008 de Roberto García-Calvo sigue sin cubrirse– renunció incluso a presentar batalla, a tenor de los resultados de las votaciones celebradas.
Así, Sala resultó elegido en segunda votación con seis apoyos y cuatro votos en blanco –el conservador Ramón Rodríguez Arribas ha obtenido el otro–, mientras que Gay lo tuvo aún más fácil y logró la mayoría absoluta requerida en la primera votación: seis votos a favor y cinco abstenciones.
En cualquier caso, los nombramientos de ayer tienen cierto carácter de interinidad: muy claro en el caso de Gay, cuyo mandato concluyó el pasado mes de noviembre y que abandonará el tribunal tan pronto como los grupos parlamentarios en el Congreso alcancen un acuerdo para renovar el Constitucional, y algo más dudoso en el caso de Sala.
Aunque la opinión más extendida entre los magistrados es que la designación por la Cámara baja de cuatro nuevos miembros del tribunal no obligará necesariamente a elegir otra vez presidente, un sector del Constitucional sostiene que la enmienda de la Ley Orgánica del tribunal aprobada en 2007 lo hace inevitable.
No parece, sin embargo, que el acuerdo en el Congreso, se vaya a producir en breve, ya que el PSOE y el PP mantienen sus diferencias, especialmente en lo que se refiere a la candidatura del magistrado de la Audiencia Nacional.