“Hemos emitido seis órdenes de arresto contra los guardias por homicidio y todavía la policía no las ha puesto en marcha”, confirmó Plator Nesturi, portavoz de la Fiscalía.
Nesturi precisó que no puede publicar sus nombres, ya que los sospechosos siguen en libertad. Según medios locales, entre los imputados figuran altos cargos de esta unidad de elite del Ejército albanés.
El primer ministro de Albania, Sali Berisha, acusó a la propia oposición de los asesinatos de sus militantes, que fueron perpetrados “de cerca y con pistola con un silenciador que no dispone la policía”.
En gratitud a su “buen trabajo”, Berisha retribuyó con entre uno y cuatro sueldos mensuales a los soldados y los policías que defendieron la sede del gobierno ante el “asalto de las bandas armadas”.